Convoqué a los padres de mis tutorados a la preceptiva
reunión a comienzos de curso. Les indiqué que el uso de los móviles estaba
prohibido en el instituto. Mientras lo hacía, cuatro de ellos (cuatro de
veinte) trasteaban con el cacharro.
2.
El jueves pasado, al salir del centro, comentando el asunto
con una madre y conocida fuera del curro, me lo confirma: muchos padres dicen
que sus hijos van con móvil a clase porque quieren tenerlos localizados.
¿Quiénes somos los docentes para prohibirlo?
3.
Un profesor que tiene a sus hijas en segundo ciclo de la ESO me
dice que no sólo no llevan móvil al instituto, es que ni siquiera tienen. Casi
le estampo un beso en los morros. Por cierto, las chicas son igual de sociables
y no tienen especiales traumas.
He ido a un festival de cine con los estudiantes. Les
advierto en clase y en la puerta de que los móviles deben estar apagados; no en
silencio: apagados. No ceso de levantarme para reconvenirles por su nula
obediencia. Uno de ellos está grabando los cortos. Me pongo delante de él y le
digo con malos modos que o lo apaga inmediatamente o se lo come. Espero que me
llame el Jefe de Estudios por mi (supuesta) grosería, pero no, menos mal.
5.
Voy a ese mismo festival el sábado, tras la cena, adultos,
cine lleno. Estoy en la fila 9. Nunca hay menos de diez pantallas encendidas.
Han advertido antes de la proyección de que los móviles debían estar apagados.
Ni caso.
6.
Dos semanas después voy al teatro. Sólo consigo entradas en
el gallinero, casi al fondo. Cuento pantallas iluminadas, alguna menos que en
el cine, pero siempre hay alguien mirando el teléfono. No sé por qué los
actores no interrumpen la función.
7.
Concierto de jazz. Más de lo mismo. Fila 11, al final.
Pequeño local. Siempre hay alguien que necesita saber la hora o conversar por
whatsapp. Siempre hay alguien filmando con la pantalla en alto: imposible no
verla; llego a contar 9 personas filmando. ¿Por qué el grupo no se detiene y
llama a la policía, pues se está grabando sin su consentimiento un concierto,
lo que explícitamente indica en la entrada que está prohibido?
8.
El instituto decide ponerse más duro con el asunto. Han
aparecido filmaciones en la red hechas en clase. Ignoro la razón por la que no
se pone en conocimiento de la policía.
EPÍLOGO
Todo el mundo es más importante que yo, que dejo el móvil en
un cajón cuando llego al trabajo. Todo el mundo tiene que estar localizado por
su apasionante vida y su imprescindible persona (lo que no le impide ir al
cine, al teatro, a conciertos…). No soy
nadie.
Me apetece enormemente, cada vez más, quedarme en mi casa,
ver pelis gratis, oír música gratis, no estar pendiente de esos tipos que me
molestan y me distraen.
Que hagan deberes los que quieran, que jueguen con su móvil los que quieran, que vayan a clase los que quieran y que las insobornables leyes evolutivas hagan con tanto mastuerzo lo que quieran. O mátalos a todos, Atticus, Dios ya escogerá a los suyos.
ResponderEliminarArnaldo Amalric dixit...
ResponderEliminar¡Hola! Me ha gustado tu blog y ya tienes una nueva seguidora ;) Me quedo por aquí y espero que puedas pasarte por mi blog y quedarte.
ResponderEliminarNos leemos. Kisses ^^
Me estáis empezando a dar miedo. A lo de Béziers le hizo falta algo más que un móvil. No sé qué hubiera dicho Dios de responder la llamada. Lo malo es que el silencio de Dios debe ser por falta de cobertura. En su defecto, hágase lo que dicen los hombres que dice Dios. No sólo dixit, ojalá sólo dixit.
ResponderEliminarBienvenida, Sky. En este blog no se presume de seguidores, sino de comentaristas. Me paso cuando pueda.
Hola,
ResponderEliminara mí hay cosas de las que dices que me ponen muy nerviosa. Lo de la reunión de padres me ha pasado alguna vez y lo demás también, claro, siempre hay alguien con el móvil en todos los sitios, aunque supongo que el problema no está en el móvil sino en la educación que tiene cada uno. Aunque sé que la forma en la que usamos los móviles muchas veces es un fastidio voy a hacer de abogado del diablo... también son una herramienta estupenda que se puede usar en clase con fines académicos.
Un saludo :)
Lo de la educación... mejor lo dejamos. No hablo de conocimientos, hablo de reconocimiento del otro, de por favor, gracias, escucho, respeto, espero mi turno. Una de las peores cosas que tienen los móviles es que son invasivos. Si a eso añadimos que el personal no sólo no los apaga, sino que a menudo ni los silencia (el lugar público), la cosa adquiere tientes de grosería tecnológica.
EliminarNo hace falta que hagas de abogado del diablo. Son una herramienta estupenda, son pequeños ordenadores. Lo malo es que ese no es el uso que hace la gente habitualmente. Menos aún en los institutos.
Gracias por el comentario.
He presenciado algunas de las escenas que comentas pues me temo que son generalizadas. Como dices, se trata de un problema de educación que cada vez me parece más difícil de solucionar.
ResponderEliminarAbrazo!
Son universales de la mala educación. Mejor es que nos vayamos acostumbrando, porque no tiene trazas de mejorar, desde luego que no.
Eliminar¡¡Hola Atticus!! Te entiendo perfectamente. Sufro la móvilmanía en mis trabajo, en la biblioteca. No hay manera de que entiendan que deben estar apagados o silenciados y que no se puede hablar dentro de ella. Se lo puedes decir 5 y 10 veces, que si te das la vuelta, intentarán colártela.
ResponderEliminar¡Un fastidio...!!!
Besos
Algo más que un fastidio. Yo puedo entender el descuido, pero no dar categoría de normalidad a lo que no lo es. De manera que yo también te comprendo.
EliminarLa inmediatez, la maldición de esta época. Ya nadie sabe (¿sabemos?) esperar.
ResponderEliminarNo sé, no sé... Perdona que no me extienda más, está sonando el móvil, debo enviar unos wasaps, actualizar el sistema, cargar la batería...
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