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sábado, 29 de enero de 2022

QUID PRO QUO

La semana pasada apareció en un libro de texto la palabra feedback. Pregunté a mis estudiantes si sabrían traducirla. Ninguno. Lo de retroalimentación ni les sonaba. Sin embargo, uno de ellos dijo que si era lo mismo que quid pro quo.

Y sí, algo así. Naturalmente, me vino a la cabeza aquella escena de El silencio de los corderos en la que el doctor Lecter le dice eso mismo a la agente Starling: quid pro quo, le ayudaré si me cuenta su vida, sus debilidades. Será el modo de que la tenga dominada cuando usted cree dominarme a mí.

Tampoco habían visto la película.

En una clase a veces hay mucho quid y poco quo. Me canso, siento que hay mucho esfuerzo para nada, o para demasiado poco, demasiados pocos.

Al final de un espectáculo llega el momento del quid pro quo: aplaudamos, nos han dado dos horas de felicidad.

En una relación, en cualquiera, de cualquier tipo, siempre debe existir. Eso no implica que sea simétrica y que todo lo que se da haya de recibirse en la misma cantidad y calidad, pero al menos hay que evitar que uno siempre dé, se dé, sin recibir más que órdenes y una vida hecha a la medida del otro. Todos sabemos que hay amigos demasiado exigentes, que tienen la piel muy fina hacia dentro y la palabra demasiado cortante hacia fuera. Todos sabemos de parejas en las que uno organiza y otro se pliega a sus gustos, apetencias y deseos; parecen felices, pero no hay quid pro quo, solo migajas, a menudo ni eso.

Y no.

 



Procedencia de la imagen:

https://www.amazon.es/Quid-Pro-Quo-Steve-Shapiro/dp/B0818Y6FNK

8 comentarios:

  1. Me has hecho recordar mis años de docencia. La ignorancia de los alumnos a veces nos sobresalta; la verdad es que olvidamos que son eso, alumnos, y que están formándose, que han vivido mucho menos que sus profesores que estamos ahí precisamente para transmitirles conocimientos derivados muchas veces de nuestras propias vivencias. Ellos tienen aún toda la vida por delante; en eso nos llevan mucha ventaja.
    El ejemplo que pones de "El silencio de los corderos" para explicar el 'quid pro quo' es fantástico y muy pertinente.
    Un fuerte abrazo

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    1. Entiendo la ignorancia, ¿quién no es un ignorante en casi todo?, pero no la militancia activa en ese desdén rampante hacia la ignorancia. Eso me sacude cada día, no me acostumbro y mira que llevo trienios en este negociado...

      "El silencio de los corderos" es una maravilla. Quid pro quo, agente Starling...

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  2. Pues no..., claro que no. La ausencia de quid pro quo cansa, mucho, agota mentalmente, frustra demasiado, lo he sufrido en mis carnes con amigas, bueno mejor dicho con examigas. La edad te enseña eso, que no merece la pena si no hay reciprocidad. Yo tiendo a darme mucho a los demás, a ofrecer, a ayudar, a compartir, pero hoy tengo claro que si con el tiempo no veo que es mutuo, mando todo a tomar por saco, vamos que termino pasando ampliamente y perdón por la expresión. Por eso entiendo perfectamente tu sensación de que no sirve para nada, pero en tu caso seguro que al menos para esos pocos sí será muy valioso lo que les ofreces. Es lo que tiene tu profesión
    Besos

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    1. Nunca hay perfecta reciprocidad, ni en la amistad, ni en el amor, ni en ninguna otra relación. Pero al menos no ha de haber abuso. Quid pro nihil no es aceptable. Con el paso del tiempo sabemos que dejaremos a un lado a algunas personas, que otras nos dejarán.

      En enseñanza todo es agridulce. Muchos días piensas que es la profesión más bonita del mundo. Otros... Otros te planteas por qué te dedicas a esto que tiene tantos sinsabores...

      Necesitamos algo de quid pro quo.

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  3. Me encanta tu reflexión. También coincido en tanto esfuerzo para casi nada. No he visto la película, pero la verdad, es que no me atrae.
    Besos.

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    1. Me alegro de que te guste. Pese al desánimo, vale la pena el esfuerzo, la vida. No sé si hay otra, creo que no; por si acaso, vivamos esta.

      La peli es grandiosa, un clásico. Y en color. Besos.

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  4. Que interesante reflexión... La verdad es que me parece interesante. También pienso que uno tiene que dar aquello que puede dar y pedir aquello que realmente necesita y de esa forma la verdad es que a veces no existe ese quid pro quo porque no es factible. No sé, en cualquier caso me parece una condición indispensable para tener relaciones sanas.
    ¡Besos!

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    1. Muchas gracias por tus palabras. Es verdad que no todos damos siempre lo mismo ni a los mismos, por lo que el quid pro quo no siempre es simétrico. Pero... Desde luego, no puede ser absolutamente asimétrico.

      Más besos y gracias.

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