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sábado, 22 de abril de 2023

MI RELACIÓN CON LOS LIBROS

Ha ido cambiando, desde luego. Con 14 años compré mis primeros libros adultos (porque fui un niño lectorísimo de tebeos y alrededores). Eran En el balneario, de Hermann Hesse y La quinta columna, de Ernest Hemingway, que llevé a un viaje familiar por si me aburría. Desde entonces fue un no parar, más aún cuando entré en la universidad y se fue forjando una doble obsesión: leer todo lo que pudiera y poseer esos libros. De lo primero sigo siendo culpable.

Yo era de los que firmaban el libro en la primera página y ponían lugar de compra y fecha, lo mismo hacía al terminar. Los libros debían ser míos; si en algún caso comenzaba un ejemplar que no era mío, lo devolvía y compraba uno. Esa tontería o manía se me ha pasado ya. Prestaba poco, por si no me los devolvían; aún echo de menos unos cuantos.

Así, año tras año, fui llenando unos metros de baldas. Ahora tengo unos 1400 libros en casa, no demasiados. He cambiado y mi afán poseedor se ha atenuado. Será la edad o el espacio disponible. O las mudanzas, que he hecho unas pocas y los libros son una pesadilla: pesan, abultan, te dejan la espalda hecha cisco.

De modo que ahora compro poco, casi siempre lo que tiene relación con la filosofía o materias vecinas, porque en esos libros subrayo y anoto. La poesía también suelo comprarla, en menor cantidad. La narrativa la tomo prestada mayoritariamente de la biblioteca provincial, que está muy bien surtida y funciona de maravilla.

También tengo un e-reader y lo uso. No soy nada romántico en eso de la lectura. Aunque me he criado con libros y el cuerpo me pide pasar las páginas y oler el papel, un lector electrónico ahorra mucho espacio y, sobre todo cuando viajo, lo utilizo mucho. No entiendo a los que argumentan a favor del papel más allá de preferencias: lo que hay dentro sigue siendo lo mismo, la historia no cambia. Requiere una inversión, claro, pero se amortiza pronto.

En resumen, no soy demasiado fetichista ni me gusta enseñar lo que he leído. De hecho, mis libros están mayoritariamente en el estudio, lugar casi privado. Tengo unos pocos especiales, firmados por sus autores y a esos les tengo cariño, al igual que a unos pocos que me han regalado en alguna ocasión de esas que no se olvidan. También tengo mucho apego a unos pocos que me cedió mi difunta madre cuando la pobre ya preveía que no le quedaba mucho y se desprendía de ellos como de la vida.Cuando yo falte no sé qué será de ellos y, la verdad, me importa un bledo. No sé si esto es muy propio en vísperas del día del libro, fecha que también me importa lo mismo: para los lectores de raza todos los días son del libro. Luego están los del postureo, los lectores de tapas y solapas, incluso los que pululan por la blogosfera sin rubor ninguno, exhibiendo su ignorancia travestida de trascendencia.

Bueno, me voy a leer. A Aramburu, por más señas. Que ustedes lo pasen bien.



Procedencia de las imágenes:

https://www.buscalibre.es/libro-en-el-balneario/51299977/p/51299977

https://www.elcorreo.com/culturas/libros/utilidad-desgracias-textos-20201011210500-nt.html

8 comentarios:

  1. ¡Hola Atticus!!
    Yo también fui niña lectorísima, no de tebeos, nunca fui de cómics, pero desde siempre me recuerdo leyendo, igual que a mi madre que fue la que me inculcó esa pasión lectora.
    Nunca tuve esa obsesión de acumular libros (mi madre sí los acumulaba, cuando murió, no sabes lo que nos costó deshacernos de su biblioteca...), aunque lo entiendo perfectamente, para mi lo importante era leerlos, poseerlos o no, si te soy sincera siempre me dio bastante igual, aún así, pues acumulaba en casa hasta que empecé a trabajar en la biblioteca, momento en el que los llevé para allá y allá andan todos al servicio de los usuarios, para ser leídos (¡madre mía! Dices que nos son muchos 1400 libros...)
    Yo tampoco soy de las románticas en cuanto a la lectura en papel, me encanta pasar páginas, pero la verdad es que últimamente leo mucho mas en electrónico, ya que para el blog no tiene color, para subrayar mis párrafos seleccionados y coger notas para luego escribir mis reseñas, en papel es muy muy incómodo.
    Apego sí les tengo también a unos tres o cuatro libros firmados por autores, entre ellos el primero de Marcos Chicot que tuvo el detalle de nombrarme y poner un cachito de párrafo de mi reseña cuando lo leí, en su camisa y cubierta, me hizo tanta ilusión en su día...
    Yo tampoco soy fetichista, aunque sí me encanta compartir lo que he leído, sobre todo lo que me ha apasionado, para eso hice mi blog. También soy muy curiosa y me encanta saber lo que otros leen.
    Y para mí, también todos los días son Días del libro, porque leo todos los días, porque necesito leer casi como el aire que respiro y no es exageración. Lo del postureo..., pues sí, hay mucho por ahí pululando
    Como ves, nos parecemos bastante en cuanto a nuestra relación con los libros. Espero que estés disfrutando de tu novela De Aramburu, muy buen autor.
    Besos

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    1. Yo leía muchos tebeos: Mortadelo, Anacleto (mi preferido), Astéix... De todo. Y también muchísimo de Enid Blyton, claro. De ahí pase directamente a Hesse y a la literatura más o menos adulta.

      Entiendo perfectamente lo que dices de tu madre. Me suena haber hecho algo similar.

      Es curioso lo que dices de Marcos Chicot. He leído tres libros de él (sus tres "asesinatos"). En una ocasión hablé con él en la Feria del Libro de Madrid y, en otra, le envié un correo electrónico que respondió con gran amabilidad. Seguramente voy a comprar hoy "La hermandad", Amazon lo ofrece muy barato y el verano está ahí...

      Del postureo mejor no hablamos. Tu sabes mucho de eso (y no por ti o por lo que escribes). Hay mucha facebookización de la blogosfera literaria, gente que pasa más tiempo diciendo banalidades que leyendo. Bueno, cada cual, que no es una obligación.

      Estoy leyendo una colección de artículos de Aramburu. Me gusta, aunque no todo. Esta mañana le han hecho una entrevista en RNE-1 sobre su última novela. Yo tenía un poco de prevención, esto de hacer chanza con los terroristas no sé si me gusta. Pero, tras escucharlo, creo que sí.

      Gracias siempre por tus comentarios y besos casi estivales.

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  2. Hola Atticus, me identifico bastante con lo que cuentas. Lo primero que hacía nada más comprar un libro era firmarlo y ponerle la fecha, y ahora se me olvida hacerlo y ya no le doy importancia. También tiro bastante de la biblioteca regional aunque sigo comprando libros, pero menos. Lo que no tengo es ebook, aunque me estoy pensado muy seriamente hacerme con uno para este verano, y esto ya es grave. Será la edad, claro. Disfruta del gran Aramburu. Un abrazo.

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    1. Pues sí, ya veo que es casi lo mismo. Ahora todo eso me da igual. Como ya he dicho, compro libros (pocos), uso mucho la biblioteca y también tiro de e-book. Creo que te gustará el invento, yo tengo un kindle paperwhite, el segundo ya, y muy contento: se lee fenomenal, tiene luz regulable, pesa muy poco y para viajar es lo mejor.

      Y no digas eso de la edad, me da que estamos próximos... Y, como digo siempre, mis tiempos son estos, hasta que me largue definitivamente.

      Aramburu es enorme. Y tiene un gran sentido del humor, que eso mucha gente lo desconoce. Un abrazo.

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  3. No había libros en mi casa y pensé que algún día cambiaría eso. Afortunadamente lo cambié, aunque no tanto como pensaba, nunca he necesitado que los libros que leía fueran de mi propiedad. La biblioteca pública que abrieron al lado de casa fue el paraíso y una biblioteca sigue siendo un lugar fantástico. Y aquella vecina que confió en mi al prestarme sus libros y me regaló mi primer libro sigue en mi memoria.

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    1. Me gusta lo que cuentas. No que en tu casa no hubiera libros, claro, sino tu empeño en tenerlo y, sobre todo, leerlos. Las bibliotecas son uno de los grandes inventos de la humanidad. Cuando la gente dice que la cultura es cara respondo que no: las bibliotecas son gratis. Además, en la mía de referencia, hay montones de actividades culturales no necesariamente librescas.

      Tu vecina merece un monumento. Dos.

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  4. Totalmente de acuerdo con el valor que tienen las bibliotecas. Debido al momento vital en el que estoy no puedo leer mucho de lo que me gustaría aunque sí mucho de lo que leía en la infancia. Siempre daré las gracias a mis padres por meterme el gusanillo de la lectura en el cuerpo. Imaginación al poder. Un saludo a ti y todos tus lectores.

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    1. Las bibliotecas son fundamentales. Para algunos, como yo, porque en casa no hay mucho sitio ya y, además, porque me permiten hacer catas. Para todos, porque leer es gratis si no tienes afán de poseer. Esos padres merecen agradecimiento infinito. Saludos a ti también, lectores no tengo muchos, pero son de calidad. Gracias.

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