Lo de hoy es para repasar mi relación con los géneros literarios. Al fin y al cabo, esto no deja de ser un lugar en el que escribir y a mí me gusta hacerlo razonablemente bien. Porque hay algunos blogs que dan vergüencita (de Twitter/X mejor ni hablo)...
Un blog pertenece mayoritariamente, creo, al ensayo. Algunos hay que son receptáculos de creaciones: narraciones breves, poemas... Recuerdo a una jovencísima Elvira Sastre en el suyo, donde ya se vislumbraba su talento. Ahora está en barbecho desde hace años y los comentarios están llenos de propuestas de estafas que nada tienen que ver con la literatura.
A mí el ensayo me gusta. Al fin y al cabo es mi profesión y mi formación. Es costoso, claro que sí, pero lo profundo no siempre puede escribirse en una taza de Mister Wonderful. Creo, como Ortega, que la claridad es la cortesía del filósofo. Siempre que se puede, por supuesto. La Crítica de la Razón Pura es un libro largo y difícil, me gustaría que fuese algo más accesible, pero también es cierto que exige una atención y una concentración que no solicitan otros textos más simplones.
Leo unos pocos cada año y consulto muchos. Tengo delante los Ensayos, de Montaigne, el padre de la palabra, aunque yo más bien atribuiría su invención a Aristóteles, si no antes. Platón tenía un punto narrativo y poético que me gusta especialmente, pero el ensayo es cosa de Aristóteles.
Leo sobre todo narrativa. Algún libro de relatos y muchas novelas. Al cabo del año repaso y veo que, del medio centenar de volúmenes completados, un ochenta por cierto son narrativa. Tal vez no he evolucionado demasiado, porque me encanta que me cuenten historias. También en el cine.
Teatro leído más bien poco. Lo pienso siempre representado y a la sala sí que voy. Tampoco todas las semanas, pero sí a media docena de representaciones cada año. Espero con impaciencia el momento de ir a Madrir a ver lo último de Juan Mayorga y de Javier Gomá.
La poesía es un género mayor. Suelo decir que es el pan de la literatura, el fundamento. Me gustaría escribir bien y eso significa escribir poesía, el lugar en el que las palabras pueden decir mucho más de lo que les está permitido en el diccionario. Poesía no es darle a la tecla enter. Tampoco consiste en escribir lo primero que te pasa por la cabeza. En poesía hay que conseguir que un mínimo de palabras expresen lo máximo. Ser un buen poeta no está al alcance de todos y yo me iré de este mundo siendo un aspirante.
Repaso un poco mi vida literaria. He publicado un par de libros de poesía. Uno de ellos muy juvenil, pido perdón por el atrevimiento. Hay, casi concluido, un tercero, que no sé cuándo verá la luz. También pergeñé un libro de relatos y seguramente terminaré en 2026 el próximo. En alguna revista literaria y en un volumen colectivo han aparecido textos míos: relatos y poemas. En el ensayo me he prodigado algo más: colaboré en un volumen colectivo y publiqué otro en solitario, así como algunos artículos en revistas especializadas que, por supuesto, no ha leído casi nadie. Pero no escribimos por eso, aunque deseemos lectores e interacción. Como aquí, qué duda cabe.
Esto parece un ridículum vitae. Así que igual es el momento de despedirse por hoy. Resumiendo: me gustaría ser poeta y en el mientras tanto hago lo que sé y puedo.
Procedencia de la imagen:
https://www.elauladepapeloxford.com/escribir-a-mano-ayuda-a-aprender-otras-habilidades-mas-rapidamente/
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