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sábado, 22 de marzo de 2014

VIGENCIA QUIJOTESCA


Afirma Cervantes que Don Quijote era un tipo enjuto (como de crisis crónica) que tomaba los molinos por gigantes y peleaba contra ellos. Pero yo prefiero creer que solo fingía. En cualquier caso, Alonso Quijano se arrojó contra ellos furioso, desde su racional irracionalidad. Y en ese instante fue Gandhi, Martín Luther King, Mandela, Sísifo empujando la roca y el joven chino que desafió a los tanques en Tiananmen. Don Quijote fue un perroflauta letraherido que combatió el mal con denuedo. Un iluso nunca se conforma.

Sancho fue más sensato, un realista. Sabía que las cosas son como son, que no hay más cera que la que arde y que cada palo aguanta su vela. Quiso una tripa llena y un cerebro acomodado. Sancho miraba desde la barrera y advertía a Don Quijote: sea sensato, señor, sálvese si puede y déjese de batallas, que no son molinos sino gigantes (¿o era al revés?). Pero, al final, Sancho lloró al idealista que quiso cambiar el mundo, a ese loco ingenuo que creyó en palabras y en utopías.

Don Quijote soñó. Sancho ni siquiera se atrevió a soñar que soñaba.

Dicen que ese libro fue escrito hace 400 años. No es posible. 

8 comentarios:

  1. Ese cartel de prohibido, ¿qué querrá decir? ¿que son malos tiempos para la lírica? ¿que no podemos ser quijotes ni soñar? Me inquieta terriblemente...
    Ser como Sancho quizás sea mejor, pero ambos son un duo inseparable: no se es Quijote sin él al lado; los dos equilibran la balanza.

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  2. No puedo asegurar que el cartel exista; me lo encontré buscando una ilustración para el post. Pero no me extrañaría. El descontento no siempre es destructivo: a menudo es ingenioso.

    Creo que una de las razones por las que "El Quijote" funciona es por su concepción arquetípica y complementaria de los personajes. Naturalmente es mucho más complejo de lo que digo arriba.

    Mientras escrito esto me estoy tomando una copa de vino y picoteando unas patatas. Desde la cocina me llega el aroma del bacalao con verduras. Entra el sol por la ventana. Esta tarde iré al teatro bien acompañado. Tengo un sitio donde dormir, la nevera casi llena y buena salud. No puedo reivindicar a Don Quijote con una situación sanchopancesca (aunque físicamente soy Don Quijote con gafas). Pero no somos uno ni el otro todo el tiempo. Sería insoportable. O miserable.

    Esta tarde llegan a Madrid muchos quijotes.Les van a decir que pelean contra gigantes. O contra molinos movidos por los vientos que llegan desde Bruselas. Pero la sociedad necesita de ellos.

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  3. Por el molino de la foto yo diría que es Holanda; pero, tanto da que da lo mismo, quijotes y sanchos hay en todas partes y de todos los colores. Aunque he de decir que, últimamente, unos días me levanto Sancha y otros Quijota ;)

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    1. Aún siendo Holanda (que me lo parece), da efectivamente igual. Esa dualidad funcionó porque no somos siempre la misma persona. También lo sabía Stevenson. Y cualquier psicólogo de medio pelo, aunque no sea argentino ni manchego.

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  4. Escribe León Felipe que no es la lectura de los libros de caballería lo que torna loco a Alonso Quijano sino el concepto platónico de Justicia.

    Y que don Quijote “sale a poner en práctica su evangelio español, el evangelio de la justicia”. Aun sin lanza en astillero, adarga antigua ni rocín flaco, don Quijote ha caminado por las calles de Madrid.

    Cierto es que, al final, dice don Quijote en su lecho de muerte: “fui loco, y ya soy cuerdo”.

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    1. No conocía las palabras de León Felipe, pero eso mismo quería yo decir. El Bien platónico, como culminación teleológica (por tanto imposible) de lo justo es lo que lleva a Don Quijote a emprenderla contra los molinos/gigantes. Como a tantos: batallas perdidas que, pese a todo, hay que dar. Madrileños con yelmo de mambrino.

      ¿Qué es la cordura? Nueva pregunta para el psicólogo de guardia. ¿Qué es lo normal?

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  5. Me gusta mucho esta lectura del Quijote. Para alguien como yo, que he hecho varios intentos de leerlo entero sin éxito, y siempre me he sentido algo estigmatizada por ello, me abres una ventana nueva para intentarlo de nuevo... (aunque no en un futuro cercano, antes me esperan otros).

    De todos modos, y desde la ignorancia, intuyo que estos dos personajes son casos extremos. Creo que casi cualquier persona de la sociedad es una combinación (con mayor porcentaje de uno que de otro) de ambos.

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    1. Bueno, no te "traumes" (como dicen ahora los ágrafos que creen saber, los peores). No le digas a nadie que yo tampoco he sido capaz de terminarlo...

      De todos modos, los clásicos se llaman así no porque sean divertidos o entretenidos -aunque pueden serlo también-, sino porque son referencias culturales. El "Quijote" me interesaba por eso. De hecho, este post estaba inicialmente destinado a la revista del instituto en el que trabajo, cuyo bibliotecario anda pidiendo colaboraciones para el 23 de abril. Me parecía idiota hacer la habitual reseña que nadie lee y que a nadie interesa. Pero sí ver a esos personajes como arquetipos que podemos ver reencarnados entre nosotros todos los días. Saldrá levemente modificada en unos días. Por cierto, la nueva ley de educación campará a sus anchas entre alumnos "sancheados" y cada vez menos "aquijotados". Por si no teníamos bastante...

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