“Si Dios ha muerto, todo está permitido”, decía Jean-Paul
Sartre parafraseando a Dostoievski. Es posible, que Dios haya muerto, que sólo
haya dios y también que todo esté permitido. Pero sólo me parece indiscutible
lo último. Por eso hay que inventar.
Que todo esté permitido significa que estamos condenados a
ser libres, aporía a la altura de aquella socrática: “Sólo sé que no sé nada”. Ambas
van más allá de la literalidad y son esos combustibles del pensamiento que
aguijonean nuestro yo.
Les digo a mis estudiantes que reparen en el alcance de la
expresión. Naturalmente, a mí me evoca más a Nietzsche que al ruso autor de la
frase. Nietzsche fue el abanderado de la libertad: la llevó bajo el frío y la
nieve e iba desnudo, así le fue.
Estamos condenados, no hay más remedio, nos hicieron así. O
no nos hicieron y es sólo una combinación genética tan caprichosa como
desconcertante.
Porque ser libre es que no haya nada determinado, nada
escrito. Ser libre es exponerse al invierno en el páramo y a la incertidumbre.
Es no estar nunca seguro más que del hecho de que nos toca decidir, sopesar,
deliberar. No hay instrucciones para la vida.
Ya sé que hay muchos elementos que nos condicionan. Pero eso
no significa que la libertad deje de existir, al contrario: el condicionamiento
es condición de la libertad, sustrato. Podemos elegir porque tenemos entre qué elegir. El indeterminismo
absoluto es el del asno de Buridán, que finalmente muere de hambre por falta de
criterio.
Condenados a ser libres. Imposible renunciar, imposible ceder
en esto: libres incluso para hacer ese ejercicio de malabarismo intelectual y
moral: optar por no ser libres, decidir libremente no ser libre, lo que
apuntala el hecho programático de la libertad y niega su contrario como
imposible.
La libertad es lo posible en el seno de lo improbable. Es la
posibilidad de negar donde casi todos afirman. Es el triunfo de la voluntad
frente al rebaño. Es utilizar la biología como manual o software y no como un
juego en el que vamos a perder como en un casino amañado en el que siempre gana
la banca.
Al margen de fronteras, vallas, dictaduras, etc., ser libre lo entiendo como un estado mental. Como dices: podemos optar por no ser libres.
ResponderEliminarP.D.: El temita se las trae Atticus!!!
Se suele distinguir entre libertad externa y libertad interna. Creo que te refieres a la segunda cuando hablas de estado mental. Sin embargo, aún en ésta, decidir no ser libre es una contradicción en los términos.
EliminarUn tema complicado, sí. Este año tengo buenos estudiantes. Les he pedido que comenten el texto de Sartre y han dado unas respuestas magníficas. Les remití también al libro de Erich Fromm, que me impresionó a su edad: "El miedo a la libertad".
No concibo la vida sin la posibilidad de la libertad. Los condicionantes para limitarla en sus aspectos más imprevisibles, y que salgan de los caminos marcados como aceptables por el poder, es lo que la convierte en peligrosa. Renunciar a la libertad por miedo o por dar prioridad a otros objetivos (Lenin dijo que la libertad era prescindible para conseguir la igualdad) ha sido constante en la historia. ¿De ahí lo de la "vocación de esclavos" de Nietzsche?
ResponderEliminarByung-Chul Han afirma que en este mundo actual donde reina el positivismo, el "me gusta" como única opción, el negativismo del NO es fundamental para mantener viva la posibilidad de la libertad. Y qué dificil es decir esa palabra tan breve, ese "no" cuando la mayoría dice "si". Comprensible el renunciar a hacerlo, al menos en público. Por eso son tan admirables aquellas personas que "desnudas" no renuncian a esa libertad.
Un tema que da para mucho.
La vida sin libertad no es que no sea concebible, es que solo es biología, o sea, otra cosa.
EliminarLos condicionantes lo son, claro que sí. Las determinaciones en la conducta no son lo mismo, sino, como también dijo Sartre, excusas, mala fe (que tiene un significado un tanto distinto al que resuena en castellano), creer que las cosas tienen una razón, una causa y no una elección detrás.
No conocía esa frase de Lenin, pero leí una vez que Largo Caballero le preguntó por la libertad y Lenin respondió: "¿Pour quoi faire?". Desconozco si la frase es apócrifa, pero Camus ya advirtió contra la sumisión de la libertad a cualquier otro valor supuestamente mayor (la "igualdad", el Estado, la seguridad...). Cómo me gusta leerlo, una de las pocas voces libres que he conocido. Creo que estaría de acuerdo con lo que dices al final; si no conoces "El hombre rebelde", dice allí cosas muy semejantes.
Entiendo que Nietzsche despreciase a esos esclavos voluntarios, al gregarismo, a la vida ramplona y previsible, a los que siempre agachan acomodaticiamente la cabeza. Conozco tantos...
Y yo...
EliminarNo lo he leído, pero lo haré. Gracias.
En tiempos como éste el condicional es menos retórico que ocioso.
ResponderEliminarEl baranda supremo ha muerto y no acuerdo con Bukowski cuando dice que el Hijo nos ha dejado a todos jodidos y colgando de la cruz. Que cada cual cargue la suya.
Murió. Y es ahora cuando toca determinar lo que está y no permitido.
O como dices: “hay que inventar”. Lo que pasa es que a mí no me apetece, que inventen otros. ¿Dónde válgame Dios habré oído yo esta sentencia que parece a lo menos unamuniana o asín?
La roca, la roca aquélla, Atticus, es la cosa nostra.
Soy del gremio de la roca, claro que sí. Pero estas palabras de Sartre siempre me han interesado, tal vez porque fueron las primeras que leí sobre existencialismo. Lo demás vino luego.
EliminarEl de la cruz y los demás representan excusas para no pensar, bloquean algún circuito por el que circularía la disensión, la risa o directamente la media vuelta.
No dejes que otros inventen. No te gustará el invento.
Inevitablemente, tras la lectura, incluso antes, se me iban los ojos a la imagen de cabezas "goma de borrar" y cabezas "lápiz". Me pareció muy interesante por contradictoria... Se es libre para escribir, reescribir, pero también... para borrar... No sé muy bien si lo que se quería expresar es la libertad latente en tod@s pero diferenciando a l@s que idean, diseñan, inventan, a l@s creativ@s, frente a l@s que no... Podría ser... Y luego... ¡Qué enlace tan maravilloso! Tiene mucha relación con l@s cabeza gomas y cabeza lápiz a nivel plástico, ¿no? Jajaja... Se me va... Gracias por tu post. Me gustó.
ResponderEliminarMe resultó complicado buscar imágenes para este post. Casi todas las que me daba google eran insoportablemente cursis. Es obvio lo que quería representar con ésta. Sin embargo, leyendo tu comentario, me parece que tienes razón, es más, creo que hay más libertad en un no consciente, deliberado y meditado, que en un sí seguidista, social y consuetudinario. No hay libertad absoluta, claro, sí condicionamientos varios, que al mismo tiempo son los que nos hacen tener que decidir, nos exigen ser libres.
EliminarLa creatividad es uno de los grandes actos de libertad. Por eso es peligroso.