Cuando yo estaba en el lugar que
ahora ocupáis vosotros (allá por el cretácico), en lo que entonces se llamaba
Selectividad había una prueba desaparecida hoy: la conferencia. Un profesor de
la universidad la impartía durante 45 minutos mientras nosotros podíamos tomar
notas en un folio, sólo uno. Después debíamos responder a una serie de
cuestiones sobre lo que se nos había dicho.
Hice la Selectividad en la
Facultad de Medicina y el ponente era un médico, el Doctor Smith (no
bromeo). Habló del desarrollo del niño durante los primeros años de vida. Era
tan interesante que casi me olvidé de tomar apuntes. Recuerdo aún estas frases:
“La frustración es educativa y necesaria”, lo que no significa -añado yo- sufrimiento
ni mucho menos maltrato. El niño debe saber que no todo se puede hacer para
aprender a superar las dificultades.
Si lo tengo tan presente es
porque he pensado en ello desde entonces. Creo que aquel médico tenía razón y
que lo que explicó Platón con otro lenguaje es esencialmente lo mismo:
únicamente quien sea capaz de superar obstáculos saldrá de la caverna.
Espero que nadie deduzca de estas
palabras que soy de los de la letra con sangre entra e insensateces similares.
Los de la escuela de la felicidad dicen tontunas en esta línea para que parezca
razonable la endeblez de sus propuestas. No, lo que sí soy es un racionalista
crítico, un heredero de mi tradición cultural. Mejor: de algunas de mis
tradiciones, porque el peor Rousseau no se puede comparar con el mejor Kant; tampoco
me afilio al romanticismo político, aunque estoy dispuesto al militar en el
poético y sentimental.
Uno bebe de sus maestros y
detesta lo que escribieron otros. Últimamente se ha puesto de moda en educación
que el niño no debe tener dificultades, que todo debe ser suave, emotivo y
dulce. Dicen estos individuos que el objetivo de la educación es la felicidad y
que, una vez conseguida, el conocimiento llegará como fruta madura. Yo creo que
es al revés: el objetivo de la escuela es el conocimiento, es imposible
disfrutar con lo que no se conoce, a no ser que el placer sea tan banal y
primitivo que desnaturalice para siempre la finalidad del conocimiento.
Muchos de ésos no hubieran
soportado los 45 minutos maravillosos del Doctor Smith. Yo aún lo recuerdo. Muchos
de ésos son los que no soportan una clase magistral, peor para ellos. Lo malo
es que hay escuelas que consideran que, como los chicos se aburren, hay que ser
una especie de payaso a tiempo completo para que sean felices. Y entonces (en su cielo pedagógico) llegará el
conocimiento. Sin frustración.
Yo, ya lo he dicho, en este tema soy
un platónico, un kantiano, un ilustrado. Ya sé que el sueño de la razón produce
monstruos. A veces. Pero el sueño de la sinrazón o de la irracionalidad los
produce siempre.
(Ilustraciones: https://psicovalencia.wordpress.com/tag/ninos-con-baja-tolerancia-a-la-frustracion/ y Maitena).
Pues sí..., el otro día lo comentaba con la bibliotecaria de la sala infantil de mi biblioteca, después de regañar tropecientas veces a unos niños (6 o 7 años), que se estaban portando fatal. Cuando vinieron sus padres, hablé con ellos y lo único que se les ocurre decirme, la típica frase que tanto escuchamos: ¡Que quieres..., son niños!
ResponderEliminarSí, son niños, somos conscientes, pero niños a los que cada vez se les pone menos límites. Los límites... ¡que importantes son!
Tu entrada da que pensar
Besos
Me alucina que a tantos adultos eso les parezca suficiente. Mi hijo (que ya es más alto que yo) no montó nunca ningún pollo reseñable. Es más, cuando parecía que iba a hacerlo, lo sacábamos siempre del lugar... o no entrábamos. Son niños, efectivamente, el problema es que sus padres no son adultos.
EliminarAprender es saber unos códigos de conducta y que todo no da lo mismo. Pero no le veo mucha solución, debe ser que soy mayor y creo que la educación es intervención racional entre un adulto y un niño o joven para que éste adquiera habilidades, conocimientos y conductas que, de otro modo, no adquiriría. Compadezco a esos padres de la "libertad y la felicidad" (que nadie obvie las comillas): lo que les espera.
Completamente de acuerdo. Mi mayor esperanza reside en lo único que tienen de bueno las modas: que siempre pasan
ResponderEliminarNo estoy seguro de que sea una moda. Me temo que ha venido para quedarse. Promete vanamente cosas que gustan a todos: placer, negación del esfuerzo, culpa de los otros...
EliminarAbsolutamente de acuerdo con las ideas que defiendes en este post, Atticus.
ResponderEliminarQuizá yo no sea un ejemplo de esfuerzo siempre, quizá haya pasado por etapas donde la pereza ha hecho estragos en mi vida, pero para aprender sí hay que superar obstáculos, y a la escuela se va a ello.
No entiendo qué está pasando en esta decadente sociedad donde se pretende vivir jugando, y conseguir metas sin esfuerzo. ¿Quién está detrás de esas falacias? ¿El Estado? Recuerdo una frase de un grupo de música de mi adolescencia: “El sistema te quiere sano, quedan muchos cerdos por engordar.”
Me parece imperdonable que algunos docentes, quizá los más válidos, hagan el juego a esta ideología mindfulness, gestáltica, biodancística o qué se yo qué bazofia...Hace un par de años, asistí a un curso donde se nos hablaba de educar por competencias, que no me parece mal, pero de paso, se atacaba a la “antigua escuela tradicional”, se decía que no tenía sentido seguir aprendiendo como hace cien años, que todo tenía que evolucionar... y nunca olvidaré la última sesión, alguien preguntó acerca de la nota final. La respuesta fue contradictoria, se pretendía que el alumno pasara años entretenido realizando objetos tangibles para luego ser evaluado a través un examen escrito final. Y los compañeros presentes, Jefes de Departamento en su mayoría, callados.
Este año alumnos de mi centro han asistido a una “conferencia” realizada por un señor inculto, con dificultades de expresión, llamado Mamo Calixto Suárez. El Mamo habla de un mundo formado por energías misteriosas y realidades no demostradas científicamente. Esta persona contaba por lo visto con apoyo institucional, no sé cómo lo ha conseguido, pero en mi humilde opinión muchos elementos eran propios de una secta.
Es inaceptable que los profesores, entre los que me incluyo, mantengamos una actitud silenciosa ante ataques a la razón, a la autonomía intelectual, al espíruto critico en el mismo corazón de un lugar donde se debería ir a aprender.
¿Es este el camino para conseguir una sociedad donde haya buenos médicos, buenos arquitectos, buenos escritores, una élite intelectual? Pienso que no. Gracias por tu post.
No conozco a ese individuo, por lo que me abstendré de juzgarlo. Sí a otros, sí la situación.
EliminarA mí, cuando me hablan de energías, siempre digo que sólo conozco lo poco que recuerdo de la física. La metafísica sólo me interesa como parte de la filosofía, pero sabemos desde Kant que no conviene mezclar ambas, mucho menos sustituir una por la otra. Sería como vover a las épocas preilustradas, y ya sabemos a qué nos conduce eso: a las pesadillas de la sinrazón: ésas sí que producen monstruos, qué digo, mostrencos.
Que la Consellleria apoye tales cosas es como sustituir las clases de Física por Astrología y las de Química por Alquimia. Pero muchos de los que mandan no saben ni siquiera deletrear adecuadamente las palabras "cultura" y "educación".
Muchas gracias por tu extenso y razonado comentario, tiene más enjundia que el post.
"Conselllería" con tres eles, Atticus, jajajjajja, cómo se nota que ya no estás normalizat... :D
EliminarAl contrario, es que la Consellleria es de Bilbao, que ponen las eles que les da la gana.
EliminarPues me uno a lo que has dicho y complementan los anteriores comentaristas. Yo les llamo buenistas y estoy convencida que el efecto sobre la enseñanza pública es letal puesto que lo que hay fuera de las aulas no es un mundo feliz sino un mundo duro y competitivo. Si no les preparamos para que se puedan desenvolver en él a través del saber, mal futuro.
ResponderEliminarAlgo muy parecido les digo yo, especialmente a los que tutorizo: ahí fuera os van a devorar. Lo que hay tras los muros del insituto es durísimo. De modo que, los que creáis que aquí se cometen injusticias con vosotros y que tenéis derechos y más derechos, lo lleváis claro. La desprotección de los menores es un horror, pero la sobreprotección es un error.
EliminarNuevamente pones una discusión álgida en la mesa. Recuerdo cuando leía libros sobre educación, me llamaba la atención el enfoque neurobiológico. Recomendaban con insistencia hacerle caer en cuenta al estudiante de las capacidades inmensas del cerebro y sobre la futilidad de no aprenderlas. Se sustentaba científicamente por qué el desuso de las facultades intelectuales resultaba en su pérdida y su ejercicio permitía su desarrollo. Se hacía un énfasis importante en el estado emocional de las personas. Las facultades cognitivas pueden verse bloqueadas ante entornos de estrés y por eso, resulta muy importante el ambiente, también asumido como el contexto.
ResponderEliminarPor otro lado, es interesante ver a los países nórdicos con su educación tendiente a tratar como individuos a sus estudiantes. Es curioso que sus resultados son mucho mejores que los de Corea del Sur donde los chicos tardan horas y horas frente a un maestro, para luego salir a costosas academias privadas a profundizar en materias del conocimiento.
Se me viene a la mente el origen de la palabra "escuela", que además de designar su equivalente en el castellano, significaba "ocio". Quizás porque para los griegos, también era importante que el "espíritu" estuviera dispuesto a aprender. Bien decía Sócrates (según Platón), que el estudiante sabía las cosas y sólo requería a un maestro para recordarlo.
Volviendo al tema de la dificultad. Me es inevitable en pensar en lo que decía Héctor Abad: ¿Para qué le genero dificultades a mis hijos si la vida misma se encargará de hacerlo?
Nunca he sido profesor, de manera que no sé de lo que hablo. Pero las pocas veces que he enseñado, logro comprender que la educación tiene algo de intuición, de atrapar al otro y suspenderlo en el aire durante algunas horas, de crear a alguien difícil de engañar, de formar a un ser autónomo capaz de enfrentarse al mundo "difícil" con suficiencia. Quizás ésa es la dificultad a superar, la del mundo mismo.
Uno de los problemas de la pedagogía moderna es, creo, que quiere ser una ciencia... y no no es. Está bien que quiera ser rigurosa, pero desde luego no puede ser una ciencia al modo en que lo es la física, por ejemplo. Algunos pedagogos (por ejemplo, Gregorio Luri) dicen y escriben cosas muy atinadas y realistas. Otros viven en el mundo platónico de las ideas (ya que lo dices) y lo que dicen no se sostiene porque parte de ideales... que no se correponden con lo que hay. No quiero decir con esto que no haya que mejorar, claro que no. Lo que digo es que buena parte de los pedagogos intentan que la realidad se acomode a sus mal hilvanadas teorías, que se convierten inmediatamente en fantasías.
EliminarNo sé en Colombia, pero en España lo que necesita la educación no es más pedagogía, sino mejores condiciones de trabajo, ratios más bajas, leyes educativas estables, prestigio de los profesionales y comenzar a darnos cuenta todos de que hay que trabajar mucho para aprender, aunque no siempre estemos contentos y felices.
Un ser autónomo, me temo, no se construye son sobreprotección. Ni con los 213 estudiantes que he tenido este año. Ni con las 6 asignaturas distintas. Ni con los 11 grupos. Lo que se ve en televisión tiene poco que ver con la realidad. Temo que hay mucha gente que tiene una especie de Síndrome pedagógico de Estocolmo.
Había olvidado la conferencia ésa y el miedo que daba.
ResponderEliminarPlatón repite una y otra vez que esa subida que lleva fuera de la caverna es escarpada y abrupta. Y que hay que "obligar" a subirla, cierto que con palabras razonables. Eso dice el baranda.
La letra con sangre entra significa que no se conquista el saber ni la libertad sin esfuerzo.
La Educación tiene enemigos y empiezan por “p”: políticos, padres, pedagogos y profesores (huy la que piña que acabo de soltar). Podríamos añadir petardas, panolis, próceres, pusilánimes, papanatas, pedorros, popochos, perogrulleros, petimetres, pintamonas…, todos ellos con menos seso y lecturas que un…, no sé, algo con “p”.
Otra piña: la Educación no es un derecho sino un merecimiento.
Cuesta tanto una plaza escolar que quien la disfrute (atención al verbo elegido) debe merecerla porque se la debe a los muchos que se han dejado y se dejan la pellica en el propósito.
Atticus, criatura, estos temas en Julio no. Algo porno la próxima, xfa.
Me dejas padififuso con la panda esta que citas de la "p".
EliminarCon la educación ha sucedido algo que no debió pasar: muere de éxito. Estamos hablando del fracaso educativo en un país que en dos generaciones ha pasado del analfabetismo (en un alto porcentaje) a la universidad. No es cierto que nada funcione, como afirman los vendedores de humo para vendernos su humo a precio escandaloso. Sí es cierto que hay mucho que mejorar. Porque es cara, muy cara. Los que trabajan pagan impuestos y lo hacen para educar a sus vástagos que... consideran (algunos, demasiados) que todo da lo mismo. O peor, que tienen derecho a aprobar. ¡Derecho! Alucino pepinillos, que diría el filósofo.
El próximo post, porno, avisados quedáis.