Con esto de los libros yo soy un poco obsesivo. Es decir,
cuando descubro un autor, continúo con el filón. Eso me ha pasado recientemente
con Fernando Aramburu. Al terminar el curso, el primer fin de semana en el que
no tuve que corregir, abrí (¡grave error!) Patria.
A partir de entonces comenzó la debacle. Porque ese finde sólo salí de casa
para estirar las piernas; lo dediqué casi en exclusiva a su lectura. El
miércoles por la noche lo terminé. Y con pena.
No descubro el libro. Ha sido el gran éxito editorial del
último año. Y me alegro. En la Feria del libro de Madrid, las colas para que el
autor firmase un ejemplar eran monumentales, casi tanto como las de los
famosetes, youtubers, y demás (ironía malsana, causticidad irrefrenable, soy
malo).
El peligro que corre Aramburu es morir de éxito. Me explico: Patria es tan monumental y ha tenido
tanto éxito que probablemente eclipse al resto de su obra. Y no es justo.
También puede ocurrir que buena parte de sus lectores hagan de ella un instrumento
político o, peor aún, partidista. Y eso tampoco es justo.
El argumento es de sobra conocido: dos familias en un pueblo
cualquiera pero próximo a San Sebastián, protagonizan la polaridad de tantos
años en el País Vasco: los que simpatizan con el entorno abertzale, desde el que era tan fácil dar el salto al amonal y a la
pistola, y los que sólo querían vivir como lo hace todo el mundo: familia,
trabajo, amigos, aficiones... Pero eso no era posible: bastaba que alguien
pusiera tu nombre, te señalara, te delatara,
para convertirte en un apestado, un españolista, un mal vasco, un traidor…
Miren y Bittori son amigas, son el hilo conductor de la
acción, el polo matriarcal desde el que se narra. Sus maridos son amigos,
juegan a las cartas en el bar, van en bicicleta los domingos. Los hijos han
crecido juntos. Pero el marido de Bittori, el Txato, es un pequeño empresario
al que ETA exige el impuesto revolucionario, mientras que uno de los hijos de
Miren acaba entrando en la banda terrorista. No cuento más.
El libro es una exploración sobre los motivos. No digo de las
razones, que eso es otra cosa. Tampoco de las justificaciones, que nuevamente
es algo distinto. Entramos en la psicología de todos los personajes, que se nos
muestran indefensos, arrogantes, heridos, esperanzados, destrozados. Es también
un estudio sobre psicología social: ¿qué llevó a unos cuantos centenares de
miles de personas a esta situación?, ¿cuál es el poder de las creencias en los
derechos de un pueblo?, ¿qué es exactamente la pertenencia y qué consecuencias
tiene?, ¿cómo se tolera la discrepancia?, ¿por qué tantos fueron incapaces de
alzar la voz, de mostrar públicamente su repugnancia?
A mí esto me interesa mucho. Porque admiro a los pocos que sí
lo hicieron. Aramburu no es la primera vez que escribe sobre el tema (ver
entregas de otros libros del autor a lo largo de los siguientes días), pero
aquí lo hace a fondo, con valentía, también con distancia, lo que no quita un
ápice de verdad y sí da escasa contaminación (muchos son los que dicen que hay
que escribir desde dentro; yo creo
que a menudo escribir desde fuera da
perspectiva).
Me gusta especialmente el personaje de Gorka, doblemente
acorralado, impulsado a tener que escribir para niños porque, de lo contrario,
al ser el que más y mejor habla euskera, estaría condenado a servir a la causa. Y ha de marcharse. Y callar.
Me lo imagino, ocultándolo todo, hasta que no puede más.
He derramado unas cuantas lágrimas, eso es relativamente
fácil. Pero insisto en que cada cual debe leerlo por sí mismo. La emotividad es más fácil de
conseguir que la calidad. Sin embargo, creo que la novela de Aramburu lo tiene
todo. Me alegro.
Entrevista al autor:
ttp://www.elmundo.es/cultura/literatura/2017/04/30/590632de268e3e264f8b45ea.html
Procedencia de las imágenes:
Lamento decir que, en principio, no me interesa esta novela. Por todos los comentarios que oigo, me estoy perdiendo una buena obra. Pero, como dije, por el momento voy a seguir sin conocerla.
ResponderEliminar¿Y por qué lo lamentas? Si no estás interesada, tú misma.
EliminarEs más que una buena novela.
Parece, Atticus, “Patria” una novela muy interesante. El problema es tocado por alguien que, según leo en el artículo de “El País”, sabe de lo que habla.
ResponderEliminarEs importante conocer qué mueve a una sociedad a radicalizarse . Me llama la atención que también trate sobre la tolerancia a la discrepancia. Es una de mis obsesiones últimamente.
Parece que opinar es alinearse con un bando, que una vez alineado ya no hay matices, eres de ese lado, con todo el bloque de ideas, y ser de un bloque implica oponerse a otros bloques: ¡ya tenemos el conflicto! Y lo peor es que esto no sólo sucede en la política, lo veo en familias, amigos y más a menudo en el trabajo.
Ser oveja negra, no alineada, implica libertad, pero también puede conllevar ostracismo. Aquél no alineado no es significativo, nunca sabemos qué va a opinar, a quién va a apoyar, y por tanto, quizá sea un enemigo de los bloques a neutralizar...
¡Un saludo!
Es una novela más que interesante. Aramburu sabe de lo que habla, desde luego. Además, es una buena novela, bien estructurada, compleja aunque fácil de leer. A los que conocieron esa historia reciente les gustará mucho y entenderán casi todo. A los más jóvenes les abrirá los ojos. Cuidado con las creencias de absoluto, desde a Dios a entidades como "el pueblo", "la patria", etc.
EliminarA mí me molesta eso que dices, pero en España es muy común eso de pensar con los nuestros y como los nuestros. He escrito sobre ello, por si no tienes mejores cosas que hacer:
http://nomadassquare.blogspot.com.es/2012/03/los-nuestros.html
http://nomadassquare.blogspot.com.es/2011/03/prietas-las-filas.html
Ser oveja negra no sólo es interesante, es que lo que nos hace persona. Lo otro es simplemente ser oveja. Y con las ovejas se hacen guisos. Claro que a las negras se las ejecuta las primeras...
¡Hola! Ya concoes mi opinión sobre este libro. Sabes que me gustó, pero que lo acabé con la sensación de uqe le sobraban unas cuantas páginas, que se me hizo un poco largo. Pero que en general me pareció una buena novela, sobre todo porque el autor vivió el tema muy de cerca y eso se nota desde la primera página y se agradece.
ResponderEliminarY el final..., creo que es bueno, como esperaba, como tenía que ser (según mi forma de pensar). Dijiste en mi blog que el final no te había gustado, que le sacabas unos cuantos peros y me dejaste con la intriga de saber cuales son. Me encantaría saber que final esperabas o te hubiera gustado y porqué te defraudó.
Un beso
Lo sé y me sorprende. Pero si todo suscitara unanimindad... malo. Yo aún tengo ganas de saber cómo le fue a Gorka con su marido, si finalmente escribió libros para adultos. También me gustaría saber si se quebró la voluntad de Miren, depositaria de esencias cuando las de Joxe Mari flaquean. Me gustaría saber si su marido dijo alguna vez en voz alta lo que pensaba. Me gustaría saber si el médico se permitió ser feliz...
EliminarMe gustaría saber cómo van a convivir en un pueblo sin ETA, pero con su sombra, con su relato (como se llama ahora). Eso es literatura. Tal vez algún día nos lo cuente Aramburu.
El final no es que me parezca mal, es que... casi no lo encuentro. El libro se acaba, sin más. Esperaba algo más conclusivo, más clásico si quieres llamarlo así. En cualquier caso es una cuestión muy menor. A lo mejor es que quería más...
Mañana o pasado pondré otro post de Aramburu. No os vais a librar.
Es una buena novela,pero a mí tampoco me gustó el final. Miren y Bitori no estaban aún preparadas para ese abrazo. Y por tanto, yo como lectora,tampoco. La novela no acaba,se precipita.
EliminarÉsa es la sensación que tuve yo. Sin embargo, a la gente le suele gustar. A mí me gusta todo lo demás: sobre todo ese tratado de psicología, esa capacidad de penetrar en la mente de tantas personas.
EliminarSuele ocurrir eso de la muerte exitosa.
ResponderEliminarY suele lo otro, lo de las lecturas que se apropian unos u otros. Algo así decía el viejo Nietzsche de algunos de sus lectores, que actuaban como la soldadesca en un saqueo, tomando cuanto deseaban y convenía.
Como dices, el argumento suena a conocido, así que debe de ser una gran novela en todos sus otros parámetros, porque ETA ya hizo sangriento spoiler de ella.
¿Por qué tantos callaron tanto? Por vilezas, miedos y pasiones varias.
A ver si la leo.
Hay autores que son devorados por su propio éxito. Espero que no sea el caso de Aramburu que, por lo que he leído, tiene una estupenda obra anterior. Lo malo es la expectativa de la próxima. Por cierto, he leído de Tele 5 está preparando una adaptación. Miedo me da, ojalá me equivoque.
EliminarNo sólo callaron en el País Vasco, sino fuera, incluso justificaron.
Léela. Creo que te gustará.
Aunque leí esta entrada en su momento, no he querido comentarla hasta haber terminado Patria. Lo intenté con la novela en verano, pero la dejé sin haber avanzado demasiado porque, en aquel momento, me pareció un poco de plástico y no del todo real. Lo he vuelto a intentar durante estas vacaciones (con éxito). La acabo de terminar y he de decir que a pesar de que la empecé con prejuicios, me ha sorprendido para bien. Me gusta la forma que tiene de contar la historia, los diferentes puntos de vista, la manera en la que está escrita, y aunque creo que hay cosas que chirrían, que no son exactamente, ni parecidas a lo que yo he conocido, en general me parece una buena novela, con lo que creo que es un final perfecto, que me ha hecho llorar. Son muchos los recuerdos, las sensaciones, es difícil de explicar.
ResponderEliminarA mí me resultó muy próximo, me tocó de cerca. Y eso que vivo bastante lejos de ese lugar. Me da la impresión, por lo que dices, que también a ti. Ninguna novela es perfecta, pero creo que es buena, incluso muy buena. Esa mirada poliédrica me gusta, añade perspectivas y ayuda a comprender.
EliminarSi puedes, sigue leyendo al autor. Te gustará. Y el último me está esperando...