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viernes, 9 de marzo de 2018

VERDE

Los que me conocen tienen conmigo un cachondeo recurrente respecto a este color. El color verde no es precisamente un amigo del alma para mí.

Matizaré.

Un día de julio de 198… terminé ese secuestro legal que llamaban servicio militar obligatorio (vulgarmente, la mili). Devolví todo el vestuario prestado y el arma reglamentaria. Fue un momento feliz, más por el arma, que siempre odié y temí.

Salí del cuartel y prometí no volver a vestirme de verde. Han pasado muchos años, no he tenido desde entonces nada en el armario de ese color, si exceptuamos unas rayas en la camisa y unos gayumbos que me parecieron más azules en la tienda que en casa.

Nada tengo contra los militares profesionales, vaya eso por delante, que hacen su trabajo. Simplemente, lo pasé mal y la indumentaria verde me recuerda meses muy malos que podía haber dedicado a otra cosa.

Pero, insisto, ningún rencor colectivo. Tampoco a la Benemérita, que me ha multado tres veces (dos de ellas con razón, la otra creo que no), pero que me ha sacado de un par de apuros en la carretera con amabilidad y eficacia. No soy de los teme su aparición y espero toparme algún día con el picoleto Bevilacqua.

El verde me gusta en el plato, con excepción de las crucíferas (coles, brócoli…, esas cosas repugnantes). Me gustan mucho las alcachofas, espárragos, todo tipo de lechugas, guisantes, pimientos... No soy vegetariano, pero me tira la cosa de las hierbas de comer. De las otras hierbas no uso: ese verde para quien le guste.

Una vez vino una amiga a cenar a casa. Llevaba una gabardina verde, preciosa (la gabardina, también ella). Le dije que en mi casa me como todo lo verde. No sé si lo entendió. Ha vuelto poco. Cenamos varios amigos; a ella no me la comí.

Vivo en ciudad, precisamente porque creo que al campo hay que dejarlo en paz. Me gusta salir y encontrarme el silencio. Me gustan los trigales (verdísimos) en primavera. Me tranquiliza el paisaje de prados infinitos del norte de España.

Me asomo de vez en cuando a unos ojos verdes; a ella le gusta y a mí aún más.


Para A., naturalmente.

Procedencia de las imágenes:
http://teoriadelcolorlimon.blogspot.com.es/
https://pokec.azet.sk/klub/modre-a-zelene-oci

8 comentarios:

  1. Dice Kandinsky que el verde es el color más tranquilo, un color sin movimiento. Por eso, aunque al principio calme o tranquilice, después de un rato puede llegar a aburrir. También se suele decir que el que con verde se atreve por guapo se tiene. A mí es un color que no me llama nada como color. No suelo comprarme ropa verde, ni lo elegiría para un edredón o para una pared. Sin embargo, me gusta el paisaje verde y en los ojos creo que puede ser bonito. Tan bonito como lo es tener unos ojos donde asomarse (sean del color que sean), sobre todo si a uno le gusta y es feliz.

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    1. De colores entiendo poco; soy como el tópico este masculino: el blanco es blanco y no veo esos matices que otros(otras) sí ven.

      Lo que digo sobre la ropa vale sólo para mí, como es natural; a mucha gente le sienta francamente bien. Además, si lo pienso bien, llamo verde al verde militar y hay muchos tonos, algunos tiran a azulado y otros a amarillo (que me gusta mucho).

      Lo de los ojos no es capricho sino azar. He conocido mujeres de ojos verdes maravillosas. También marrones casi negros (como los que yo uso), azules... Lo importante es poder mirar, poderse mirar.

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  2. Al leerte me alegra no haber hecho la mili, ya que imagino que tampoco lo hubiera pasado bien en ella. Creo que soy de naturaleza poco belicosa, como tú, imagino.

    En la comida el verde empieza a ser más apetecible, y... unos ojos verdes o azules son los más bellos.

    Me ha encantado, Atticus, Wim sobre fondo verde y su forma perfectamente obsesiva de tocar.

    Un saludo, ¡nos leemos pronto!

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    1. Creo que las nuevas generaciones no podéis imaginarlo. Y me alegro, la verdad. Yo no dejé de ver cosas absurdas y atroces. Naturalmente, hablo desde mi punto de vista, ¿qué hacía yo allí, un universitario amante de Kant, el cine en v.o.s. y los escritores latinoamericanos?

      He de decir que conocí a media docena de militares estupendos; no sólo hablo como personas, sino de una integridad profesional y una competencia que ya los quisiera yo para mí. Cuando me fui me despedí de pocos, pero de ellos sí, y les agradecí su trabajo, su ayuda (porque me ayudaron mucho, ¿verdad sargento M., brigadas B. y T., capitán R...? Con el resto he practicado la táctica nietzscheana del olvido voluntario.

      Los ojos, como ya he dicho: los que te miran, los ojos espejo. Con unos así fui a ver un concierto de Wim Mertens. Por cierto, está de gira por España, creo que va por tu tierra. Recomendable.

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  3. "Verde que te quiero verde.
    Verde viento. Verdes ramas."
    ...
    Romancero gitano. Federico García Lorca.

    Me gusta el verde de los árboles, plantas, etc. sobre todo en primavera. A veces me gustaría perderme en un bosque frondoso lleno de árboles, estar en silencio y escuchar el ruido de las hojas.
    Para la ropa, no soy muy de verde, pero tengo alguna prenda verde militar, me gusta.
    La comida verde,no me enloquece, pero claro, hay que cuidarse y comer sano.

    Por cierto, tengo los ojos verdes.

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    1. ¿Puedo disculparme? Salvo "Poeta en Nueva York", la poesía de García Lorca me aburre. Lo has puesto por provocar...

      Me gusta todo eso que dices..., salvo la prenda verde militar. Ya sabes.

      Te voy a hacer un regalo. Hace años leí este hermoso poema de Vicente Sabido, se lo regalé a una mujer de ojos verdes que hace años que no frecuenta este blog (era GreenEyes, claro) y meses que no me frecuenta a mí. Se titula "Chanson d'amour". Creo que te gustará:

      https://books.google.es/books?id=F-QZAwAAQBAJ&pg=PA30&lpg=PA30&dq=ojos+verdes+temblaba+tu+sonrisa+robada&source=bl&ots=bq1VqJiqve&sig=Xh10zoqBknZXIuogj1o7d1UOmNE&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwjpl-LotuHZAhWJWhQKHZpuCTIQ6AEIOjAH#v=onepage&q=ojos%20verdes%20temblaba%20tu%20sonrisa%20robada&f=false

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    2. Siento lo de García Lorca, Atticus, no lo sabía. Pero cuando leí el post me vino a la cabeza "verde que te quiero verde".
      Gracias por el poema. Me ha encantado.

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    3. También a mí me vino a la cabeza, pero, lo siento, no es mi poeta. Seguramente soy yo el raro, el que no entiende. Qué le voy a hacer.

      Estaba seguro de que te gustaría. Un placer.

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