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domingo, 29 de diciembre de 2024

LECTURAS DE 2024

Si mis notas no me engañan, este año llevo leídos 51 libros. Estoy a medias con otro y el tiempo libre hará que llegue a 52, uno por semana, aunque, como suele decirse, el tamaño (la cantidad) no importa y sí la calidad. Creo que debo estar safistecho.

Empezaré con Presentes, de Paco Cerdà, que es el que tengo a medias y me está encantado: descarnado, una historia de vencedores, falsos vencedores y definitivamente derrotados en la inmediata posguerra española. Muy recomendable.

Me he estrenado con Emmanuele Carrère, que recomiendo, aunque no siempre conseguía entrar en sus textos, entre lo autobiográfico y la ficción, al estilo de Annie Ernaux. No sé si es un ‘género’ que me guste, aunque reconozco que es un magnífico escritor.

Franceses he leído unos cuantos. Destaco Nos vemos allá arriba, de Pierre Lemaitre. La película no tanto, no seáis perezosos y al libro.

He dado una vuelta por las novelas de Alexis Ravelo: todas son buenas, naturalmente la serie de Eladio Monroy.

De Aramburu he leído dos: Los vencejos y El niño. Muy distintas en su humanismo. Cualquiera de las obras de este escritor (he leído diez o doce) puedo recomendar.

Elogio de las manos, de Jesús Carrasco es una de mis preferidas de este año que termina. La verdad es que me da igual la historia, es su modo de escribir lo que más me gusta.

Hace años que venía posponiendo La gaznápira, de Andrés Berlanga. La trama no es gran cosa, pero el lenguaje... Hay todo un tratado de lingüística en la línea que une Guadalajara con Aragón, una maravilla, aunque en cada página me encontraba con expresiones y palabras que no había oído en mi vida.

Y bueno, ye termino. También he leído a Markaris, Donna Leon, Landero, Silva, Llamazares y  a unos (y unas) cuantos más. No faltan textos que me han dejado frío, incluso de autores reconocidos. Ni cito los que he abandonado, que son muchos y muchas.

Algo menos de ensayo y de poesía.

Me gusta cada día más eso de leer, estar en casa en silencio o escuchando música antigua. He sido siempre un poco misantrópico, con la edad más aún. Reconozco que me interesa más un libro que elijo que una conversación que desgrana banalidades, chulerías y cuñadeces.

Este bloguero menguante desea a quienes se pasan por aquí de vez en cuando que tengan un estupendo 2025. Con libros o sin ellos, por supuesto.



Procedencia de las imágenes:

https://www.casadellibro.com/libro-presentes/9788420479101/16169265

https://www.buscalibre.us/libro-la-gaznapira-7-ed/9788427907034/p/7643474

lunes, 16 de diciembre de 2024

RECUERDOS DE INFANTERÍA

Que nadie tema. No voy a contar historias de la puta mili, como suele decirse. No. Escribo esto porque en este momento es el 8 de diciembre, festividad de la Inmaculada Concepción, patrona del arma de Infantería.

Yo hice la mili en Infantería, hace muchos años. Mis recuerdos son casi todos malos. Pero hoy quiero recordar a algunas personas.

En primer lugar, a un teniente endiosado en su soberbia. Pese a ello y a que era un militarote de manual, dio por su cuenta y riesgo un permiso de quince días a un soldado que pidió esos días porque su novia estaba embarazada y se tenían que casar. Quien tenía que concederlos lo denegó y escribió: “Que se case un sábado”. El teniente, cada mañana, recibía las novedades del sargento: estamos todos salvo dos enfermos y el soldado X. Este oficial, a su vez, se dirigía a su superior y le decía que sin novedad, solo faltan a formación dos soldados enfermos. Se la jugó, el soldado volvió quince días después.

En segundo lugar, al capitán que vino algunos meses después, un tipo culto, bien formado, deportista, casado con una profesora. Muchas veces le escuché decir que parecíamos un ejército de Pancho Villa, que la única salida era el ejército profesional. Apenas se relacionaba con sus compañeros oficiales, pasaba las tardes haciendo deporte o leyendo y me confesó que no probaba el alcohol. Una tarde, antes del protocolario desfile, me dijo que claro que amaba a España, pero que antes amaba a su mujer y a su familia. Era un tipo honrado, un poco fuera de juego en esa España que conocí en esos años. Una noche recibió una bronca del teniente coronel porque, en lugar de poner a los soldados a ver un partido, los hizo salir de maniobras nocturnas. Comparto su idea de patriotismo y admiro su profesionalidad. Una vez me tuvo que echar un chorreo (como lo llamaban allí); lo merecí, lo hizo sin faltarme al respeto, sin gritos.

También quiero destacar a dos brigadas, trabajadores, honestísimos, con un poco de mal genio que a mí me hacía gracia, porque era producto de la voluntad de hacer bien las cosas que tropezaba con la falta de medios y con la explicable pereza de los soldados a cargo, obligados a tareas que no querían hacer, alejados de sus hogares y de su vida corriente. De uno, el brigada Albarracín, ya hablé en un post anterior.

Tuve un sargento maravilloso, un tipo que no levantaba nunca la voz, enamoradísimo de su mujer, que rechazaba el ofrecimiento que le hacían a menudo de ir de putas. Corría maratones. Respetaba la autoridad, pero se le notaba en los ojos que él haría las cosas de otra manera, a menudo le tocaban oficiales ineptos. Un hombre bueno, otro más de esos que quieren hacer las cosas bien y que honran a su profesión.

No he olvidado el Himno de Infantería, que aprendí entonces. Cada 8 de diciembre doy la lata a la familia. No soy de los que se emocionan con himno y bandera, pero tampoco hago ascos a algo que debería ser de todos y no solo de los de lanzan vivas y arribas a España y luego son viles ciudadanos. Precisamente, la ciudadanía es lo que creo importante: derechos y deberes, no gritos y consignas huecas.

El post de hoy era un homenaje a esos hombres buenos, a esos profesionales cuyo patriotismo entiendo y en gran parte comparto. Fue un año muy malo para mí, un año de secuestro, pero intento no ser sectario y agradezco a esas personas sus buenos oficios; algo aprendí de ellos. En otros solo vi maldad, resentimiento, violencia y sectarismo, pero hoy no quiero recordarlos.



Procedencia de la imagen:

https://es.123rf.com/photo_13602004_formaci%C3%B3n-militar.html


viernes, 6 de diciembre de 2024

CIENCIA FRENTE A RELIGIÓN

Hace muchos años utilizaba en clase un vídeo (VHS, soy un tipo mayor) que ilustraba la polémica entre ciencia y religión. Mejor dicho: las interferencias de la religión a la ciencia con Galileo y Darwin entre otros. Dejé de usarlo porque se veía fatal.

Hace poco he visto que ese material está disponible en la red y lo he vuelto a ver con agrado y a escuchar esos argumentos, los de la ciencia, que hago míos en su mayor parte.

Por cierto, antes de este debate se puso una película, Heredarás el viento, que es una versión (nada mal) de otra anterior excelente: Herencia del viento. En estos tiempos en los que las redes se sobrecargan de negacionistas de la ciencia y hasta exministros sostienen que la verdad (dice él) creacionista está ganando al relato (también dice él) evolucionista, conviene echar un vistazo a la película y escuchar con atención el debate posterior. 

Por si a alguien interesa, este es el enlace.


https://www.youtube.com/watch?v=tjH4Qtd0_Zw


Procedencia de la imagen:

https://www.amazon.es/Herencia-Del-Viento-Fredric-March/dp/B003Z7RPBC