Para E., que no trabaja (sólo) por vocación.
Consulto el DRAE, y me dice que la palabra proviene del latín, ”vocatĭo, -ōnis, acción de llamar”. Entre sus significados da estos:
1. f. Inspiración con que Dios llama a algún estado, especialmente al de religión.
2. f. coloq. Inclinación a cualquier estado, profesión o carrera.
3. f. ant. Convocación, llamamiento.
La primera me da miedo. A no ser que seamos creyentes, eso de que Dios nos llame a algo me suena a oír voces del más allá que te ordenan misiones. Peligro. Ninguna identificación.
El tercero tampoco me alude. Demasiado similar al primero. ¿Convocado por quién?, ¿llamado para qué?
El segundo es algo más admisible. No obstante, eso de estar inclinado… Supongo que quiere decir tendente, proclive o especialmente orientado hacia algo. Algo más de acuerdo, pero impreciso en todo caso.
Confieso que nunca he entendido qué es eso de trabajar por vocación. Creo que hay que trabajar con intensidad, incluso con vehemencia, hacer todo lo que se pueda y se sepa, más aún si el pagador es una entidad pública (ya se sabe, dinero de todos). No obstante, creo que es un contrasentido esto de trabajar por vocación. Vamos a ver, ¿qué significa eso? ¿Hacer todo lo que se pueda, estar contento o intentarlo, dedicarse a ello las horas que nos pagan? Me parece que eso es lo debido, lo elemental. Pero el trabajo es un acuerdo (supuestamente libre) entre partes, una de las cuales hace una serie de tareas o servicios a cambio de una contraprestación económica. No olvidemos esto: un acuerdo, un intercambio.
Sostener que una de ellas trabaja vocacionalmente suele ser la excusa para no pagarle bien, o simplemente para no pagarle. Me decía E., la titular de la dedicatoria, que los artistas, como todos los mortales, tienen la mala costumbre de comer (no mucho) y pagar facturas, y que, si no fuera por ese pequeño problema del dinero, estarían todo el día dale que te pego a los pinceles. Qué pena de sociedad ésta, que nos obliga a pagar facturas a la vez que nos dice que debemos trabajar en lo que nos gusta, aunque no dé para comer. Raro milagro.
Ya dije hace poco algo al respecto. Yo trabajo por dinero; no sólo, desde luego, pero fundamentalmente. Me cuesta mucho (“laborare stanca”, decía Pavese) y me gusta que se reconozca con algo más que palmaditas en la espalda. Del mismo modo que le cuesta a cualquier otro profesional, desde los futbolistas a las putas, pasando por fontaneros o abogados, sean asalariados o autónomos. Nadie espera que trabajen gratis. Que se sientan llamados, inclinados o convocados es otra cuestión que no debe usarse como excusa.
Ya dije hace poco algo al respecto. Yo trabajo por dinero; no sólo, desde luego, pero fundamentalmente. Me cuesta mucho (“laborare stanca”, decía Pavese) y me gusta que se reconozca con algo más que palmaditas en la espalda. Del mismo modo que le cuesta a cualquier otro profesional, desde los futbolistas a las putas, pasando por fontaneros o abogados, sean asalariados o autónomos. Nadie espera que trabajen gratis. Que se sientan llamados, inclinados o convocados es otra cuestión que no debe usarse como excusa.
Escandalicé a un par de compañeros hace poco cuando les dije esto. Me parece muy dudoso que ellos viniesen a trabajar si la Consejería decidiera no pagarnos y sustituirnos por voluntarios. Yo, qué quieren que les diga, prefiero siempre a un profesional. Y pagar lo que se deba, desde luego.
Pero a lo mejor es que tengo una crisis de vocación.
Primera imagen: http://definicion.de/vocacion/
Segunda imagen: http://esanenaquevivedentrodemi.blogspot.com.es/