Reviso mi lista de libros leídos, calculo que una cuarentena.
Casi: 39.
De todos modos, en algún caso son series devoradas compulsivamente, varias.
Una de ellas de ellas, de Jerónimo Tristante, da vida al
policía Víctor Ros. Se hizo una excelente serie de televisión que, aunque no
coincide al cien por cien con los libros, me gusta mucho.
Otra serie (¡no saga!) es también española y policiaca. Se
trata de las aventuras en Tomelloso y alrededores del policía municipal Plinio.
Más que recomendable: literatura, antropología, casticismo y una lección del
modo manchego de utilizar el lenguaje castellano. También se hizo una serie
notable para televisión en los años setenta.
La tercera es de una escritora sueca que me recomendó
justamente una amiga tomellosera. Se trata de Mari Jungstedt. Me he leído toda su
producción, una decena larga de tomos. A quien le guste el género, que empiece
a leer. Hay una mina.
Veo que de otros escritores también he picado en más de una
ocasión.
De Ian McEwan he leído Amsterdam y La ley del
menor. Todo lo que he leído de él me gusta. Este último muy especialmente: plantea
el dilema de un muchacho testigo de Jehová que precisa una transfusión de
sangre pero aún no tiene 18 años. Un dilema sobre la ley y la libertad. También
hay una película que vale la pena.
De Víctor del Árbol también he leído cuatro. No lo conocía y me
gustaron todos. Creo que merece mayor reconocimiento. Explora en la historia de
España del último siglo, en sus heridas abiertas.
A Luis Landero lo disfruté en verano. Otros cuatro o cinco.
Es uno de esos escritores cuyo estilo se reconoce y en cuyos personajes se
reconoce al autor y al país. Debo leer los últimos, que me recomiendan.
También he leído más novela negra (El caso Harting), cómic (1984: muy bien, al igual que Clara Campoamor; Meditaciones de Marco Aurelio: no tan bien) y otras novelas “sueltas”.
Entre estas, El vampiro, breve pieza de Polidori que
recomiendo; dos libros de Sara Mesa (mucho mejor Un amor que Cuatro
por cuatro); El cuento de la criada, clásico contemporáneo
escalofriante; el delicioso Manifiesto por la lectura, de Irene Vallejo;
El asesinato de Platón, de Marcos Chicot, estupendo; y, por último, dos
joyas: La caída de Madrid, de Rafael Chirbes y Un andar solitario
entre la gente, de Antonio Muñoz Molina. Del primero diré que es un autor
monumental y que parece mentira que sea tan poco conocido. Del segundo, sin
duda popular, que este es su texto más extraño y a la vez más complejo; he
tardado años en leerlo precisamente porque quería deleitarme en él, apena un
par de páginas al día.
Así que esto ha sido todo de momento. En el 2022 espero que
más y que me siga apeteciendo. Como no creo que escriba nada mañana, aprovecho
para desear a los pocos seguidores de esta humilde bitácora un felicísimo año
que ya se asoma y que estemos aquí para celebrar el 2023. Y a los comentaristas
se lo deseo el doble.
Procedencia de las imágenes:
http://www.lalibreriadejavier.com/?p=32201
https://www.agapea.com/Luis-Landero/Absolucion-9788483834343-i.htm
https://www.amazon.es/dp/B081PGYPVL/ref=dp-kindle-redirect?_encoding=UTF8&btkr=1