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miércoles, 22 de mayo de 2024

DOS LIBROS DE LUISA CASTRO

Estoy haciendo una limpieza general de mis libros, lo que implica una revisión y, en no pocas ocasiones, rememoración de tiempos que han sido gratos, ingratos y mediopensionistas. Depende. Estoy aprovechando para deshacerme de algunos, regalar otros y alegrarme por poseer muchos. La verdad es que los relacionados con el trabajo nunca son suficientes, pero la narrativa no me produce obsesión por poseer, hago mucho uso de la biblioteca y del formato digital, que abultan poco y son fácilmente transportables.

Uno de esos libros que esperaban, resultado de una herencia indirecta (hija que heredó y que me dio un paquete por si lo que contenía era de interés para mí), es El secreto de la lejía, de Luisa Castro. Comencé a leerlo hace unos días: buen comienzo, prosa ágil, promete interés: una joven gallega que escribe poesía es invitada a ir a Madrid y leer sus poemas por la radio. Lo hace y empieza a conocer gente y ocurren cosas. Ahí termina lo bueno: los personajes aparecen y desaparecen sin que encontremos justificación: ¿qué papel juegan en la historia Belén, el Culebra y sus amigos, la familia de Alberto, Elvira…? Parecen absolutamente de relleno, atrezzo innecesario. Pero los principales también son inverosímiles y sus motivaciones causan estupor y no llego a creer la historia en cuanto llega a su primer tercio. Todo se queda a medias, la ‘trama’ no funciona.

¿Por qué no abandoné? No lo sé, porque suelo hacerlo sin remordimientos. Leí en un blog que al final se produce un giro narrativo sorprendente. Pues bien, ayer llegué a eso: en efecto, sorprendente, pero no precisamente para bien. Es decir, que no me creo nada, que las palabras parecen escritas para un lector que no soy yo.

Dejo detalles tales como alquileres en zonas carísimas, paseos por Madrid en lugares muy lejanos que no parecen eso en el libro, protagonista sin trabajo que no para de coger taxis… En definitiva, he perdido el tiempo.

Y, mientras tanto, he recordado que leí hace alguna década un libro maravilloso de una joven poeta llamada Luisa Castro titulado Los versos del eunuco, premio Hiperión en 1987, que me sobrecogió en su momento. Lo recupero: no me afecta como entonces, pero es un grandísimo libro de una poeta extraordinaria, como lo fueron en esos años Blanca Andreu y Ana Rossetti, entre otras, porque casi siempre eran ellas.

Me he acordado de que algo así me ocurrió con la primera novela de Elvira Sastre. Nuevamente vuelve a haber una generación de poet(is)as jóvenes de primerísima división, pero el salto a la novela no siempre funciona. Hace unos meses hablé aquí precisamente de Días sin ti, premio Biblioteca Breve en 2019, que a mí me pareció flojísimo, insustancial y sentimentaloide. Por eso me he acordado. Luisa Castro ha escrito más novelas, por lo que estas líneas no son una enmienda a la totalidad, sino que solo valen (si es que valen) para esa novela que pudo ser y no fue. Por cierto, Premio Azorín en 2001.

Leo todo lo anterior y me doy cuenta de que no suelo escribir sobre películas y libros que no me han gustado. Que sea una excepción. Vamos a por el siguiente.



Procedencia de las imágenes:

https://www.todocoleccion.net/libros-segunda-mano-literatura/el-secreto-lejia-luisa-castro-planeta~x195740325

https://www.libreriavisor.com/libro/los-versos-del-enuco_59351


martes, 14 de mayo de 2024

'BABYLON'

Vi Babylon hace unos días. Aún no sé si me gustó. Bueno, sí, pero con algunos matices.

Los actores están fabulosos, muy especialmente Margot Robbie y Brad Pitt, fuera de sus registros habituales. La guapura no siempre beneficia, tendemos a guiarnos por estereotipos y no es justo. A ella solo la había visto en esa película que suele gustar y a mí poco: Barbie, que parece prometer y se queda en casi nada. A Brad Pitt lo he visto en muchísimas películas, desde aquella Thelma&Louise. Tuve una amiga que decía que nadie llenaba los Levis como Brad en esa película. O sea, culo.

Babylon es muy larga, más de tres horas. Y no veo sentido a tanto exceso; en mi opinión, con dos me habrían contado la historia y mejor. Se ocupa de mucho y a ritmo sincopado, al director le mola mazo todo esto, ya lo había hecho en La, La, Land y sobre todo en Whiplash. Ninguna de ambas me llegó al corazón y sí me produjeron agujetas en la retina. Soy raro, lo sé, a todo el mundo le gustan.

Babylon cuenta historias de desmesura: las fiestas enloquecidas en el Hollywood de las décadas de los 20-30, el dinero, el alcohol, las drogas, el sexo desinhibido... Es el momento en que el Código Hays no ha ensombrecido de censura puritana las películas. Es también el momento de la llegada del cine sonoro, allá por 1927, lo que deja en mal lugar a actores del mudo, que no saben adaptarse.

Me recuerda mucho a varias películas que he visto, muy especialmente a Cantando bajo la lluvia, a la que homenajea sin rubor ninguno: alusiones directísimas. También hay, al final, un homenaje (o similitud) con la última secuencia de Cinema Paradiso. Y, creo, un ritmo frenético, tarantinesco: en muchos momentos tuve la sensación de estar viendo una película de Quentin Tarantino.

Me interesó mucho la historia del mexicano pobre que alcanza el poder y el dinero. También la del músico de jazz, que no acaba de ser aceptado en una sociedad aún racista. Sí, demasiadas historias, esto obliga a las tres horas tal vez. Es como si hubiese no subtramas, sino otras películas en la misma.

Termino. Parece que no me ha gustado. Y sí. Simplemente he expuesto elementos que creo que lastran la película, que podría ser mejor. Desde luego, es un espectáculo grandioso, de esos que en pantalla grande ganarían.



Procedencia de la imagen:

https://www.cinemagia.ro/filme/babylon-2826217/