Hoy es 26 de agosto. Acabo de ver en Twitter un excelente hilo de David Senabre, que referencio abajo, sobre Julio Cortázar, que nació tal día como hoy en 1914, así que este breve y nostálgico post va del recuerdo de cinco libros que reposan en mi modestísima biblioteca. Como en aquellos tiempos firmaba y fechaba los libros, veo que tres de ellos tienen escrito el año 1983, otro 1984 y el último 1988. Los ochenta, mientras otros desparramaban con la movida y esas cosas -de las que me enteré poco y tarde-, yo leía a Cortázar, a Borges, a Sabato… Fueron mis años latinoamericanos.
Recuerdo que el primer cuento que leí de él fue “La autopista
del sur”, que hoy releeré. Después me puse con sus cuentos completos, no sé si
los agoté y no conservo ejemplares, supongo que utilicé los servicios de alguna
Biblioteca. Tengo un especial recuerdo de “Casa tomada” y también de “El
perseguidor”, que me hizo escuchar jazz, una música que nunca he acabado de
entender (los hay que dicen saber de
jazz, yo no), pero que me acompaña siempre desde entonces. Incluso tengo una cinta
de casete, Jazzuela, con
composiciones que aparecen en esa otra obra que me deslumbró: Rayuela.
Hace poco estuve en Ponferrada. Un par de tardes fuimos a un
garito estupendo. En el suelo había dibujada una rayuela y a lo largo de la
barra una cita de Rayuela en la que
hablaba de jazz. Hice un comentario a una de las empleadas, pero tengo la
sensación de que no sabía de qué le hablaba. La mascarilla ayuda mucho a
disimular en situaciones así.
Rayuela: La Maga, Rocamadour, ese París
inhóspito, sólo promesa, una conferencia a la que solo entran dos personas y porque
llueve, ansia y decepción. Tengo el libro desgastado por todas las anotaciones
y subrayados con bolígrafos de varios colores. Lo leí como toca, sin saber dónde
estaba, como si me hallase dentro de ese juego cuya mecánica desconozco.
En 1988 alguien a quien quise me regaló Salvo el crepúsculo, último libro de Cortázar cuyo título viene de
un haiku de Basho: “Este camino / ya nadie lo recorre / salvo el crepúsculo”.
Cortázar también fue un excelente traductor. Tengo la versión
que hizo de los Cuentos de Poe y también
la de uno de mis libros favoritos: Memorias
de Adriano, de Marguerite Yourcenar.
Han pasado muchos años. No sé por qué no he vuelto a leerlo.
Hoy, al menos, repetiré con “La autopista del sur”. Y pondré jazz. Y sé que
volveré a leer Un tal Lucas, que me
divirtió y desconcertó y también esa extraña aventura que es Los premios, que me costó 100 pesetas en
una montaña de libros de saldo en El corte inglés. De él recuerdo que un
personaje le dice a otro algo así (no encuentro la cita completa): y pensar que
usted aceptaría una situación así en la literatura.
Así que, por favor, leed a Cortázar, que aún quedan unos días
de estas vacaciones absurdas y necesarias.
Jazzuela:
Procedencia de las imágenes:
https://www.march.es/bibliotecas/biblioteca-julio-cortazar.aspx
https://www.discogs.com/es/Various-Jazzuela-Julio-Cort%C3%A1zar-Y-El-Jazz/release/8614089