Llevo unos días de tribunal de oposiciones. Estamos ya recibiendo opositores, que han presentado una programación didáctica que tienen que defender y explicar ante el tribunal. Han llegado vendedores de humo, también algunos opositores muy tranquilos y seguros de su trabajo, y guías turísticos que recitan su cantinela. Hay resentimiento en ciertas miradas, hay cansancio, deseo, abatimiento. Pero no dejo de ver personas en lugar de exámenes.
El tribunal sabe que es mentira lo que el opositor le cuenta. El opositor sabe que es mentira lo que cuenta. El tribunal sabe que el opositor sabe que es mentira lo que cuenta. El opositor sabe que el tribunal sabe que es mentira lo que él cuenta. Pero todos fingen -fingimos- , todos colaboramos mansamente. Nada en este proceso tiene que ver con la realidad. Sin embargo, todos lo saben, pese a lo cual colaboran con una ficción hecha de palabras que edifican con luminosa apariencia eso que llamamos sistema educativo. Esas que se llaman escuela inclusiva, constructivismo, plan de trabajo individualizado, recursos cognitivos, implicación del profesorado en el Plan Educativo de Centro, atención a la diversidad, motivación, etc.
En este búnker no hay ventanas.
El tribunal sabe que es mentira lo que el opositor le cuenta. El opositor sabe que es mentira lo que cuenta. El tribunal sabe que el opositor sabe que es mentira lo que cuenta. El opositor sabe que el tribunal sabe que es mentira lo que él cuenta. Pero todos fingen -fingimos- , todos colaboramos mansamente. Nada en este proceso tiene que ver con la realidad. Sin embargo, todos lo saben, pese a lo cual colaboran con una ficción hecha de palabras que edifican con luminosa apariencia eso que llamamos sistema educativo. Esas que se llaman escuela inclusiva, constructivismo, plan de trabajo individualizado, recursos cognitivos, implicación del profesorado en el Plan Educativo de Centro, atención a la diversidad, motivación, etc.
En este búnker no hay ventanas.
Bueno, así se van acostumbrando. A menudo seguimos contando/aceptando mentiras tras sacar la oposición, al hacer las programaciones didácticas, dar las clases ¿normales? o esos talleres insufribles (para profesores y alumnos), asistir a cursillos chorra canjeables por puntos "alimenticios", etc.
ResponderEliminarConsuélate, más cornás da el hambre.
Lo que ves y no puedes contar, la otra cara de la moneda es que siempre hay alguien brillante que gana con justicia la oposición, aunque eso ocurre cada vez menos.
ResponderEliminarPor lo menos siempre es mejor el filtro de la oposición a que sea contratado directamente, ya sabemos todos, y quien no lo sabe lo debe intuir, como está últimamente la administración pública en general...Claro luego llegan las rebajas.
Es paradójico, o quizás no, que todo se rija por lo que vengo llamando en los últimos tiempos: “ficciones operativas”; en cristiano, mentiras “virtuosas” que funcionan. Así que si todo se asienta sobre las mismas y éstas “funcionan”, va a ser que son verdad.
ResponderEliminarUna de los grandes pufos de la Educación es la Pedagogía, esto es, humo, sombra de humo, cantamañanismos envueltos en celofán comprado en un todo a cien.
Coja usted a un político burro (ni siquiera corrupto, esto supone algo de lucidez), a un pedagogo soplagaitas y a un docente adocenado y ya tiene una estampa del Mal. Y el caso es que estos andarríos descorticados hasta pueden tener eso que se llama “buena voluntad” (joder, una de las peores armas de destrucción masiva), y con ella lo llenan todo de mierda.
En el infierno los temen. Pánico les tienen. Qué digo, pavor.
Políticos burros... Muchos... Del resto... También... Voy a encender una hoguera interestelar... Quizá las señales lleguen a Júpiter y alguien nos rescate... Ánimo Atticus!! Ya queda menos!!
ResponderEliminarYa, Teresa, lo que le espera es más de lo mismo. Only lies. El reino del fingimiento. Pero no sé si lo mejor es acostumbrarse. Tengo ganas de que alguno me diga algo así: "Ya sé que todo esto es mentira, yo sólo lo pongo porque me lo exige la ley, pero todos sabemos que el trabajo diario en clase no tiene nada que ver con estas fantasías, de manera que no estoy dispuesto a clonar la estulticia y la mendicidad por más tiempo".
ResponderEliminarEfectivamente, Anónimo, es mejor el filtro de la oposición que la asignación "a dedo" por el empresario de turno. Lo malo es que con este sistema los brillantes no aprueban si no tienen una experiencia a sus espaldas, de manera que renunciamos a la excelencia en virtud de un acuerdo que hace de estas oposiciones una trampa legal, una restringidas encubiertas. No hay igualdad real.
ResponderEliminarPilla un nick, que se hace raro esto de hablar a Anónimos.
Sabes, CrisC, en los tribunales hay gente que aprobó hace dos años. Estos son los peores. Se lo creen, y hacen proselitismo de competencias básica, indicadores, atencíón a la diversidad y demás jerga de los que no dieron nunca una clase pero son proges pata negra. Qué errores. Qué grandísimos errores estamos cometiendo inventado palabras como si significasen algo. Y no es así.
ResponderEliminarEn el infierno harían una buena labor: prepararían un aprendizaje significativo de las llamas y castigos, harían un PTI y atenderían diversamente a la diversidad de los pecadores. Programarían en competencias pecadoras básicas, en indicadores del diagóstico del castigo eterno. Quien les teme es el altísimo.
(Por cierto, CrisC, un post para Iniesta... Please).
Clotho, qué sorpresa, te hacía por esos mundos. Me alegra tu aparición. Ya queda menos, es verdad, pero no estoy a gusto con esta manera de hacer las cosas. Hay que seleccionar mejor a los profesores. No se trata de que sepan recitar como papagayos leyes, normas y procedimientos; se trata de recuperar la confianza en ellos. Menos papeles, menos legislación. Es todo más sencillo.
ResponderEliminarAtticus me encanta leeros, ya pillaré un nick cuando encuentre uno que me guste.
ResponderEliminar¿Es el calor o qué? ¡Vaya ánimos!
ResponderEliminarTodo el desencanto que leo en tus comentarios, Atticus, sobre tribunales, teorías chipiritiflaúticas, creyentes y conversos, literatura legislativa... SE PRODUCE EN TODOS LOS TRABAJOS, en la empresa pública (que nunca deja de ser empresa) y en la privada.
Sé optimista, no dejes que te toquen la moral.
Sí, ya sé que lo de mal de mucho consuelo de tontos es eso, de tontos, pero..., quizás el sistema de concurso/oposición sea, de momento, el menos malo.
CrisC, las cosas no se convierten en verdad a fuerza de decir que lo son, pero sí es cierto que así funcionamos todos, incluso como mecanismo de defensa cuando nos conviene.
Una última cosita sobre la Pedagogía. Yo tuve profesores que me dejaban con la boca abierta cuando explicaban, por lo que decían, cómo lo decían y cómo consiguieron que aprendiera, y todavía recuerde, cosas maravillosas. Me enseñaron a querer saber. Pienso que ellos fueron verdaderos pedagogos.
Los de ahora, los que cada cierto tiempo se sacan de la manga 5 ó 10, iba a decir ideas, pero ni eso, y montan el tenderete, o tres distintos y a la vez si es preciso y les pagan por ello, esos..., esos no saben nadená, aunque ojo el daño que hacen.
Tienes razón en que estoy un poco bajo de ánimo. Y no es el calor (que estamos trabajando a más de 40º, pero no es eso): es ese sistema cruel e injusto. Esta mañana hemos visto a dos opositores que han hecho cosas excelentes, pero como hay que sumar méritos, aunque les hemos puesto notas altísimas, es probale que no saquen la plaza. En cambio, esa plaza la sacarán otros bastante peores. No me consuela que todo sea cuestión de tiempo.
ResponderEliminarInsisto en que hay que seleccionar mejor. Nos jugamos mucho. Soy de los que afirman sin justificarse ni pedir perdón que los profesores deberíamos ganar mucho más. Por una razón poderosa: nuestro trabajo es muy importante. De lo contrario, los buenos se irán a ganar más dinero. Hoy por hoy no es un trabajo gratificante. No lo es. Naturalmente, para esto hay que seleccionar muy bien, a los mejores, a los más preparados, a los mejor dotados para enseñar. Y fiscalizar y sacar a gorrazos de las aulas a esos de los que hablas.
Huelga decir que la edad no tiene nada que ver con esto. Ni el sexo, ni la procedencia.
Me consta, naturalmente, que en la empresa privada las cosas no se hacen mejor. Pero en ellas el dinero es eso: privado. Y en esto es de todos.
Jejeje, no sé si ya lo habrás visto, pero si no, pásate por mi blog a ver qué te parece el último corto que he subido, que se llama precisamente "El opositor". Ánimo y que se de bien la semana! =)
ResponderEliminarLo he visto esta misma tarde. Lo has hecho aposta...
ResponderEliminarEstupendo corto. Qué maestría concentrar tanto en un minuto.
No puedo decir muchas cosas de la opo porque la ley me obliga a discreción, pero vaya tela, por dedir algo. El sistema es injustísimo. Así no se seleccionan a los mejores. Necesitamos una transformación radical, no parches lingüísticos.
Hola Atticus. Yo soy uno de esos opositores que describes. A nosotros nos cuesta veros como compañeros porque en ese momento nos miráis con cara de pocos amigos, de desinterés, o cada uno lo que crea oportuno. Luego se acaba la oposición y todos tan amigos.
ResponderEliminarTambién creo que el sistema es injusto porque detrás de un opositor nervioso, dubitativo, y que incluso se queda en blanco; puede haber unos de los mejores profesores y eso es lo que no se ve durante la opo.
Ánimo y no apruebes a mkuchos que luego hay mcho " loco" por ahi suelto. jjajaj
Ya sabes, Rachel, que soy de la opinión de que este vomitivo sistema no selecciona bien. Y que no me parece un buen argumento ese de "a ti también te tocará en unos años".
ResponderEliminarEntiendo lo que dices. Yo me sorprendo a veces en mi papel, es difícil no hacerlo. Y los opositores nos tratan de usted, con deferencia excesiva, con miedo incluso. Pero tú sabes que somos los mismos que luego estamos a pie de aula, bregando con lo que hay como podemos y no bajo estos mundos de yupi que a veces nos contáis (que remedio: es la ley) y nosotros fingimos creer sin hacerlo.
A menudo ponemos a alguien una nota mediana o baja porque no ha hecho lo que toca, porque se ha equivocado, porque se quedaba en blanco... Sin embargo, muchos opositores nos dan "buenas vibraciones" y decimos que nos gustaría verlos en directo. "Deben ser muy buenos en clase"; eso lo hemos dicho muchas veces. Y yo pienso de ellos que me gustaría que fueran los profesores de mi hijo. ¿Cómo se cuantifica eso? No es posible. Pero se nota.
Ánimo, Rachel, ya hablamos y me cuentas. Pero pase lo que pase, eres estupenda.