Saló es una elegante ciudad ribereña del Lago di Garda. Es decadente, hermosa, atesora un pasado que muchos quieren olvidar, ya se sabe: negando, callando. Está llena de hoteles que transpiran historias, bailes con muchas joyas y gente de postín; pero en ellos duermen ahora plácidos turistas alemanes.
Caminando por sus orillas me encuentro con este primer cartel. De inmediato me viene a la cabeza el primer ministro italiano: le va que ni pintado. Los que me acompañan aseguran que no sólo es él: el tejido de Italia está fabricado con hilo que sólo aparentemente es de calidad. Hermanos, pienso, somos hermanos.
Caminando por sus orillas me encuentro con este primer cartel. De inmediato me viene a la cabeza el primer ministro italiano: le va que ni pintado. Los que me acompañan aseguran que no sólo es él: el tejido de Italia está fabricado con hilo que sólo aparentemente es de calidad. Hermanos, pienso, somos hermanos.
Un poco más adelante, el recuerdo a los jueces Falcone y Borsellino me reconcilia con el país. Tratamos como héroes a los que cumplieron con su obligación. Nada más, nada menos. En otros contextos los enterraríamos con el debido llanto de la familia. Pero las sociedades necesitan recordar que, en determinadas situaciones, cumplir con tu deber es cosa de héroes. Y no hay que olvidar. Falcone y Borsellino no miraron para otro lado; qué menos que una calle, un paseo, una explicación a nuestros hijos.
fíjate que la palabra "golfo" no tiene para mí una connotación negativa
ResponderEliminarquizá por el escuálido perrete aquél de disney, los 101 dálmatas y demás; quizás porque la palabra ya está casi extinta y, como quería nietzsche, lo que está en trance de caer hay que ayudarlo a tal
y yo qué sé
pero el juez falcone y el juez borsellino (no conocía su nombre) y lo que dices de ellos me ha recordado a garzón y a este país de miserables en el que nos ha tocado vivir
A mí no me parece que esté extinta. Tal vez porque me cuesta entender esta densidad de golfos por kilómetro cuadrado.
ResponderEliminarYo no recuerdo mucho al golfillo de la peli de Disney, pero sí a los golfos apandadores. Por cierto, eso de "apandadores" nunca entendí lo que significaba. Eran torpes, pero es que el Tío Gilito lo tenía bien merecido, con el euríbor por las nubes y los bonos basura.
Alguna vez he hablado a mis almnos de estos jueces. Ninguno sabe nada, ninguno recuerda nada. Es hermoso que se les dedique un "Lungolago"
Al menos Italia es un país con memoria. No como el nuestro ,que sufre de amnesia.
ResponderEliminarA mí también me vino a la mente Garzón.Esperemos que no acabe como ellos, y que su nombre aparezca en una calle o plaza, cuando ya muy viejecito, haya muerto de muerte natural.
Lo de golfo me gusta como término marinero, más que nada. Lo otro, si es cariñoso, tampoco está mal. A Berlusconi y a los de su cuerda, les asignaría otro calificativo...
No creas lo de los italianos y la memoria: como en todos los países, se intenta olvidar los momentos vergonzantes de su historia. Que, como en otros, son unos cuantos. De hecho, aquí el Berlusconi, por el procedimiento eficacísimo de controlar los medios de comunicación, consigue hacer pasar por gracioso o campechano lo que es indignante, soez o abusivo. Y lo que no sale en la tele no existe. Y existe como sale en la tele.
ResponderEliminarNo se me ocurre nada al respecto. Y la palabra "golfo" hace que vengan demasiados nombres y caras a la cabeza.
ResponderEliminarAl igual que Atticus hace un tiempo, no tengo la cabeza para nada; asi que con vuestro permiso, me retiraré durante un tiempo, poco, espero. Prometo volver con energía a contaros las chorradas que suelo contar. Besos para todos.
Pues haces mal, que la compañía es buena y las chorradas necesarias. Vuelve cunado quieras. Esta es tu casa bitacoral.
ResponderEliminarMucho golfo es lo que hay vendiéndonos la moto de la educación número uno.
El año pasado tuve el honor de asistir a una conferencia de Rita Borsellino, la hermana del juez. Vino a nuestro instituto a hablar a los jóvenes del pasado y el presente de la mafia. Escucharla fue sobrecogedor. Nunca he visto a los chicos así, en un silencio sepulcral, pendientes de sus palabras.
ResponderEliminarNo, no hay que olvidar nunca, hay que seguir su ejemplo.
También vi en Silicia el monumento en el lugar de la autopista donde se hizo saltar por los aires a uno de ellos y a su escolta. Impactante.
Y del Golfo, me quedo con el perro.
Por cierto, Atticus, ¿de Saló no recuerdas el mejor helado que has comido en tu vida?
Brixia
Gran idea la de Rita Borsellino, porque algunos acabarían por creer que lo que ocurre es normal, una especie de juego de ordenador, algo así.
ResponderEliminarEn Saló tomé un helado, sí, no estaba mal. De todos modos, los italianos tienen sobrevalorados sus helados: donde estén los del Lidl...
Venga va, italofendidos, carnaza, a por mí.
es que ande estén los del lídel: churrupp
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