El 7 de noviembre de 1913 nacía el hijo de un pied-noir en Mondovi (Argelia). Su
madre, Catalina Elena Sintes, de origen menorquín, era una mujer de escasa
cultura, próxima al analfabetismo, casi sorda.
Menos de un año después, en octubre de 1914 murió su
padre en Saint-Brieuc, en Bretaña. Había sido movilizado en la Primera Guerra Mundial.
La madre tuvo que cuidar de Albert y de su hermano Lucien, sin recursos.
Tuvo un buen maestro de escuela y fue amparado por un
sistema educativo que no dejó que se perdiera un talento como él. Y eso que
hablamos de un tiempo en el que no había recortes porque no había nada que
recortar. Su profesor de filosofía fue Jean Grenier. Tuvo amigos como Jean-Paul
Sartre y Simone de Beauvoir. Discutió con ellos en el Café de Flore. Se reunió
con políticos y les aconsejó respecto a la guerra colonial, que vivió con
desgarro, como todos aquellos que no están ni con unos ni contra otros, sino
con la verdad y la justicia. Muchas de esas conversaciones tuvieron lugar en
Lipp’s, frente al Café de Flore.
Con sólo 44 años le dieron el Nobel. Su discurso de
agradecimiento puede escribirse hoy casi sin cambiar una coma.
Tres años después, en 1960, el coche que conducía
Michel Gallimard se estrelló en Villeblevin, muy cerca de París. Está enterrado
en Lourmarin, en la Provenza, pueblo en el que tuvo su último domicilio. Lo que
no pudo la tuberculosis lo consiguió el más absurdo de los accidentes.
Ni una palabra en los telediarios. Nada. Es muy
importante, según parece, que Messi recupere su instinto goleador, que Diego
Costa sea llamado por Del Bosque. No es baladí, según dicen, que los tipos de
interés bajen, que Twitter se estrene en Wall Street. Son esenciales para el
futuro de España las conjuras palaciegas psocialistas y los últimos libros de
Aznar y de González. Hoy; tenía que ser hoy. Cuando estas excrecencias cesen en
su ruido fatuo seguiremos buscando las palabras de Albert Camus.
Ni en los principales museos franceses se ha recogido reconocimiento alguno...
ResponderEliminarHoy, no consta en algún libro de texto y para muchos fue un rebelde, que no revolucionario, novelista y buen autor de teatro pero nunca filósofo.
Para gustos...
Supe que Sarkozy quería trasladar sus restos al Panteón, con otros ilustres. Y que la familia se negó.
EliminarNo sé muy bien qué es esto de ser Filósofo, así, con mayúsculas. La frontera entre lo narrativo y lo propiamente filosófico no es muy nítida a menudo. A mí toda su obra me parece filosófica. Y actual.
Pues eso, que para gustos...
Bienvenido (o bienvenida) a esta plaza. No sé ti te conozco, pero encantado. Y más aún si vienes de parte de Monsieur Camus.
Tienes toda la razón del mundo, Atticus, que un país olvide conmemorar a personas de la talla intelectual y moral de Albert Camus refleja la pobreza de sus valores. Y eso que sabes que a mí no me gusta su literatura especialmente, pero no se le puede negar su mérito como iniciador de una corriente de pensamiento. Y de acuerdo contigo en que da pena ver los telediarios, entre la economía y el fútbol, que ni siquiera son los deportes, es el negocio obsceno de la primera división de fútbol donde todo es marketing y cifras obscenas para pseudo-modelos pseudo-deportistas (creo que el deporte es otra cosa, la verdad). En fin, que una pena que nuestros programas supuestamente informativos no recuerden a Camus. Estoy oyendo la radio francesa y es casi un monográfico de Camus. ¡A ver si aprendemos de los vecinos!. BSS
ResponderEliminarLo lees prejuiciosamente, perdona si soy tan sincero. A mí me interesan esas dos tallas. Y, sobre todo, su independencia. Practicaba lo que Hanna Arendt llamó "pensamiento sin asideros"; o sea, sin ideologías tranquilizadoras.
EliminarEl gabachamen tiene sus defectos, quién no. Pero honra a sus pensadores, tiene memoria, cultiva la razón. De vez en cuando desempolva un par de revoluciones.
Amigo Atticus, para que mejore tu estado animico y tu opinion sobre la Humanidad, ¿has visto a quien dedica google su pagina hoy?
ResponderEliminarLo he visto. Y me congratulo. Aunque eso no mejora mi opinión sobre la humanidad, que no es ni buena ni mala, sino depende (condiciones de presión y temperatura, tú sabes).
EliminarBy the way, la dedicatoria de hoy también es de nota.
Así están las cosas, un poco (o un mucho) de pan y circo en esos telediarios que mencionas.
ResponderEliminarSolo he leído "El extranjero" y luego trozos de pensamiento suyo por aquí y por allá: pero me basta para admirarle.
Gracias por este homenaje. Ah, y el video me ha parecido interesante y descubridor.
Pues es un buen momento para empezar. Te recomiendo una edición que lleva un año en el mercado de "El extranjero", con ilustraciones de José Muñoz. Un libro para regalar: tapa dura, buen papel... y un precio muy bajo. Alucinante.
EliminarA mí el vídeo también me pareció curioso. Son cosas que no se conocen bien.
He leído a Camus. Poco.
ResponderEliminar“El extranjero”, por supuesto. Y cómo sorprendió al postadolescente que fui… Aquel Meursault extranjero y extraño, aquella indiferencia suya, aquel sol…
Y un brevísimo, deslumbrante y veraz texto sobre Don Juan. Y el también muy breve “El mito de Sísifo”, clásico y universal porque ilumina la condición humana.
Algún hojeo inacabado por “El hombre rebelde”, y la obra dramática “Los Justos”. Aceptaré alguna recomendación, Atticus.
Lo creía casado con la actriz María Casares, Google dice que no, que mantuvieron una relación sentimental hasta la muerte del escritor.
Me gusta la serenidad de su semblante.
"El hombre rebelde has de leerlo". Especialmente las páginas que dedica a Nietzsche. "Calígula" también. Y, sobre todo, "La peste". Tiene una colección de artículos y reflexiones ("Carnets") que han estado mucho tiempo descatalogados y creo que se acaban de republicar.
EliminarCon María Casares tuvo un "affaire"; no, estoy siendo injusto: mucho más, pero no fue su mujer. Para sus datos biográficos recomiendo la biografía de Lottman. Y sé que Onfray tiene un libro en francés que aún no se ha traducido sobre él y sobre su relación con Sartre.
http://www.youtube.com/watch?v=XNRXl8dP0vI
María Casares. La única.
EliminarFrancesa de La Coruña y de Santiago Casares Quiroga.
Al menos ya tiene calle en Madrid. Camus no.
La única... ¿qué? Se casó dos veces: con la primera mujer, Simone, tuvo una relación más que complicada. Con la segunda, Francine, y madre de sus hijos, no fue así. No puede decirse que no la quisiera. María no fue la única.
EliminarQue no tenga calle en Madrid no debe extrañarnos. Al fin y al cabo es un pueblucho de escasa relevancia y extensión: no hay calles para todos.
Ni fue la única ni fue su única.
EliminarSimplemente así es como la llamaba Camus.
La única.
Vale. Oído cocina.
EliminarEl día que aconteció este hecho, google, como bien dice rafael, le hacía prota en su buscador. Reconozco que me acordé de tu blog igual que cuando veo algo de Nietzsche pienso en el blog de CrisC. Me ha gustado mucho este post que le dedicas a Camus, pero en este caso, quería agradecerte también las citas que colocas en la parte inferior del blog. Creo que son un bonito homenaje a quien ha aportado tanto. Gracias, Atticus.
ResponderEliminarPD: ¡Tengo que ponerme las pilas si quiero alcanzar un nobel! Jajaja (:
No es gran cosa lo escrito. Nada que no pueda hallar cualquiera. Pero, ya sabes, el maestro es el maestro. Las citas son magníficas: quería aumentarlas ese día, pero tengo prestado el libro, así que más adelante. No sé si ha aportado mucho; a mí sí.
EliminarA mí ya se me ha pasado la edad del Nobel, así que me conformaré con que me lean los amigos. No creas que es poco premio.
Desde luego que no, que alguien te lea, aunque sea una única persona, es el mayor de los premios :) Te mando un enlace que habla de Camus y Wert (¡Menuda combinación!, jajaja). Me lo han mandado ahora mismo y todavía no lo he leído. Así que, ¡a por ello! http://blogs.publico.es/davidtorres/2013/11/11/lecciones-de-camus/
ResponderEliminarPues debes leerlo. Es excelente. Conocía la existencia de esa carta de Camus a su maestro, pero no había tenido ocasión de leerla. Gracias.
Eliminar¿Wert? ¿Quién es? Como Bogart, si por un segundo pensase en él seguramente le despreciaría. Me impongo el olvido; muy terapéutico.
Me escribe un e-mail una amiga con este interesantísimo enlace:
ResponderEliminarhttp://mesecosicas.blogspot.com.es/2013/11/espana-libre-de-albert-camus.html