En esos lugares donde ser imparte sabiduría hay dos cosas que me molestan sobremanera. Bueno, tres: la primera es la impuntualidad del personal y en casi toda ocasión de los organizadores, que suelen dar diez minutos de cortesía... a los descorteses que llegan tarde.
Al final de la conferencia suele haber un turno de preguntas. Ahí aparece siempre el iluminado de turno, que parece estar resentido por no ser el ponente. Es frecuente que sea impertinente y fingidor de un sentido crítico que confunde con afán de protagonista. También suele hacer su aparición (puede ser una variedad del anterior) el que dice eso de “Lo mío, más que una pregunta, es una reflexión”. Acabáramos: es el momento de sacar el móvil y llamar a la familia, va para largo; a no ser que el moderador le corte, que es lo suyo.
Pero me he dejado el comienzo. Aquí están los que introducen al conferenciante. Temo dos expresiones: “No necesita presentación” y “Seré breve”. Vamos a ver, si no necesita presentación, cállate y deja que hable él. Y lo de que serás breve... Todo lo que supere el minuto es largo, hemos venido a escuchar a otra persona, no a ti. Esta mañana me he puesto una conferencia en internet: dos horas y cuarto. Claro, han hablado nueve personas antes que el ponente. Nueve. Y todas han dicho más o menos lo mismo.
Así que seré fiel al espíritu de este post y seré breve: adiós.
https://www.moleiro.com/es/eventos/conferencia-santa-maria-real.html
Ay, me has hecho reir muchísimo, qué acertado ...bueno, como siempre!!!
ResponderEliminarPues no lo pretendía, la verdad. Voy a tener una vis cómica que desconocía. Pero gracias
EliminarJaja, Atticus, pues sí, es verdad. Esos detalles molestosos también me molestan a mí, supongo que a todo el mundo. Lo de los minutos de cortesía, esperar a los tardones pues sucede siempre en los cuentacuentos de la biblioteca, un rollo, porque sí no lo hacemos pues no para de entrar gente con niños gritando cada dos por tres, una vez comenzado. Y lo de los que introducen al conferenciante pues otro rollo también, no se dan cuenta de que cansan y que la gente ha ido a escuchar a otro, y los iluminados de turno... En fin, no queda más remedio que aguantar todas esas cosas. No me enrollo más, seré breve también.
ResponderEliminarBesos
Verdad´verdadísima. Me encanta un cineclub al que voy. No conceden un solo minuto de 'cortesía' y hacen bien. Por cierto, también frecuento los cuentacuentos, aunque este año me he saltado el primero.
EliminarRecuerdo hace años una conferencia de Javier Marías. Los introductores se extendieron más allá de lo razonable y Marías montó un pifostio porque dijo que le habían engañado, que él no iba a nada que tuviera patrocinio de instituciones (la razón es que decía que el dinero hay que gastarlo en otra cosa). La cara de esos tipos que lo antecedieron era un poema. Cuando acabó dijo que preguntaran rápido que tenía ganas de salir a fumar un cigarro. Muy amable no estuvo, pero un par de personas del público tampoco colaboraron mucho con preguntas groseras.
Pues gracias siempre, cuando eres breve y cuando no. Besos.