“El leñador no sabe cuándo
expiran
los clamorosos árboles
que corta”.
Federico García Lorca:
”El rey de Harlem”, incluido en el libro Poeta
en Nueva York
Tuve noticias de este
garito por un libro de Elvira Lindo titulado Lugares que no quiero compartir con nadie. En él decía que les
encanta ir, que es el sitio favorito de Antonio (Muñoz Molina, su santo).
Exploré sobre él, convencí a mis amigos y allá que fuimos una noche, a escuchar
jazz mientras cenábamos.
Nos recibió un tipo
trajeado informalmente (camisa clara y chaqueta de lino, sin cortaba),
bigotito, cráneo afeitado, piel oscura (o sea, negro). Me dijo: “I like your
shirt”. Vaya, me pongo una camisa que lleva conmigo más de diez años y aún es
capaz de despertar la atracción… de un hombre. En fin.
El local es pequeño,
oscuro; seguramente en tiempos se fumó: el humo acompaña bien al jazz, aunque yo
lo prefiero en fotos y en las pelis en blanco y negro. La cena era muy USA.
Recuerdo especialmente que el primer plato era sandía con gambas y salsa
barbacoa con lima. Tan sorprendente como apetitoso; lo hice anoche sin
demasiado éxito (deben ser las gambas de Mercadona).
Cuando llegamos estaba
en el escenario Allan Harris. Hizo un descanso, se fue la primera tanda de
comensales y con la segunda, la nuestra, comenzó otra vez a cantar. Adjunto un
vídeo. Después se despidió y lo sustituyó Cynthia Soriano. Cuando nos fuimos,
pasada la una, allí seguía la cantante.
Todas las guías de NY
dicen que hay que ir al Blue Note. Pero yo repetiré en el Smoke.
¡Música y comida: qué buena combinación!!!!. Éso sí que es un lujazo: el lugar y los que actuaban. ¡Qué envidia!!!!.
ResponderEliminarA mí me parecía un poco raro. No estoy acostumbrado a eso de comer y escuchar jazz a la vez. Pero las dos cosas fueron estupendas.
ResponderEliminarPor cierto, anoche hice otra vez lo de la sandía. Y lo mejoré. A ver: sandía cortada en dados de 1-2 cm de lado y langostinos cocidos y pelados. Suprimí la salsa barbacoa y, a cambio, eché el zumo de media lima por encima. Por último, espolvoreé unas pipas peladas. Muy recomendable para verano.
Menos mal que la camisa era decana; de ser nueva, te invita a cenar.
ResponderEliminarHumo y Jazz eran un pareado necesario ligado al blanco y negro, cierto, pero todo cambia. ¿Sandía con gambas?…, para que luego digan de la nouvelle cuisine y/o de la cocina molecular.
Espero que las gambas de Mercadona no las robaras :::
No me gusta cambiar el vestuario cada temporada, de modo que compro camisas en un par de tiendas de garantía. Me permiten amortizar el gasto cuando, año tras año, siguen como cuando las compré. A la hora de la plancha también se agradece. A lo mejor no me quería regalar la cena, sino otra cosa; y yo con este inglés very lamentable...
ResponderEliminarLo de Mercadona... verás, los langostinos están a 6 euros, así que no vale la pena ese rato de gloria en televisión. Por ese dinero no. Otra cosa es robar a lo grande o robar a lo Robin Hood, o idear esa variante con luz y taquígrafos (y prensa y tele) que se llama desobediencia civil. Pero yo los pagué. Eso sí, como se den cuenta de que todos los días revoloteo media hora por los congelados, igual llaman a la Benemérita, pero es que vas a comprar el pan (menos de medio euro) y pasas un ratillo al fresco sin gastar. Y algunos días hasta te encuentras gente y pegas la hebra. Un lujo y bien barato.
¿Qué es la cocina molecular?
Un lugar para apuntar a mi lista de sitios a los que ir. Leo los comentarios y... jejeje... Atticus, hay idiomas que no necesitan palabras, jajaja... (-;
ResponderEliminarSobre cocina molecular...la tortilla de patatas deconstruida de Ferrán Adriá... ¿Sabrá igual que la de mi mami?
Ya sabes que las experiencias son subjetivas: somos sujetos. Pero yo sí lo recomendaría.
Eliminar¿Detecto un tono malévolo en tus alusiones idiomáticas, un punto de cachondeo estival?
Ah, entonces ¿la cocina molecular es lo mismo que la experimentación ésa de la que hablas? Por lo menos comes, aunque sea tortilla destrozada, perdón, deconstruida. Pensaba yo que se refería al tamaño de las raciones. Menos mal.
Jajaja... Sí, había tono malévolo, sorryveryplus, jajajaja... ¡Es que lo dejabas a huevo! Y sí, en la cocina molecular se añade el ingrediente ciencia, se experimenta con sus propiedades físico-químicas,con el proceso de cocinado,etc... lo que siempre fue sólido se hace esponjoso, un sabor asociado al color rojo se hace verde, cosas así... En muchos casos surgen grupos multidisciplinares con químicos, nutricionistas, cocineros, diseñadores... Resulta sorprendente todo el equipo material y humano que puede haber detrás un plato.
EliminarVerymalabadgirlbutveryvery.
EliminarGracias por lo de la cocina molecular, pero vamos, lo de siempre, con más ínfulas: la cocina siempre ha sido una combinación de física y química al servicio de la biología.
Ñam. Qué hambre.
Atticus. Me gustan mucho tus crónicas neoyorkinas. Tengo pensad visitar Nueva York, no sé cuando, pero lo haré y tomo nota de tus recomendaciones que me parecen muy interesantes
ResponderEliminarBesos
Me alegra lo que me dices. Uno piensa que no le lee nadie, pero al final esto no es otra cosa que una plaza en la que la gente charla y se cuenta cosas: filias y fobias, me dijo un día CrisC. Todos tenemos algo que decir, aunque sea poco, y mucho que escuchar. A mí, que me gusta leer adictivamente, me abruma tu blog, del que tomo nota con frecuencia.
EliminarPero si vas y no te gusta, tú misma. La NY que yo vi no será la misma. Ya lo dijo Heráclito: nadie se baña dos veces en el río Hudson.
Me apunto la receta, que probaré uno de estos días. Me pasaron hace poco otra también surrealista: gambas con chocolate. Ya te cuento.
ResponderEliminarMirando tu top de comentaristas me he dado cuenta de que si a los comentarios de Elena P.G. les sumo los de coeliquore, me llevo el premio...Y es que yo, que quería ganar en algo, ya lo he conseguido jejeje.
No sólo la debes apuntar: hazla. Es fácil, refrescante, sorprendente. Lo de gambas con chocolate ya me parece más... ¿raro?
EliminarTienes razón en lo de los comentarios: 201. Eres la primera en sobrepasar los 200: ¡enhorabuena! Te mandaré el perrito piloto por correo cerfificado (a gastos debidos). A CrisC(que suma también los de CrisCrac, cuando aún no le habían llegado los recortes a su nick) le corresponde el segundo puesto, aunque por antigüedad tiene el primer puesto: 192. Le mando la muñeca chochona (a gastos debidos también, faltaría más). Y a Clothobobardi, aunque estuvo ausente una temporadita de retiro espiritual, le corresponde la medalla de bronce con 189 (foto finish con CrisC): Bob Esponja de peluche para ella (a gastos debidos, otra que paga).
Tengo que hacer un post sobre comentaristas. Desde que he puesto este apartado (que copié del blog de Marian) me ronda la idea.
En todo caso, felicidades. El que la sigue la consigue. Haz sitio en casa al perrito piloto.
NY nunca me ha atraído especialmente, pero me pienso leer tus crónicas con mucha atención.
ResponderEliminarTampoco a mí era el viaje que más me apecetecía, pero vale la pena ir. Con los ojos bien abiertos, muchos dólares en el bolsillo y sin demasiados prejuicios.
EliminarQue rico ha de ser escuchar un poco de allan harris en un buen lugar ;D
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