No siempre, a veces no. Pascal estaba en lo cierto. La razón
tiene menos poder que esas olas no necesariamente violentas. La razón se
impondrá. Y la dialéctica positiva. Y los estoicos a los epicúreos.
Ataraxia o hedoné. Una noche que pasa y llega otra noche. Son
iguales y entonces miro al cielo estrellado (lo aprendí de Russell). Son
iguales y probablemente suceda mañana. Me gusta el tacto de las sábanas y la
noche que es igual que la anterior permite que me marche antes y mejor.
No hay palabras, no hay juicios. No hay espera. Todo está
bien.
Destila cierta tristeza el post, o al menos a mí me lo parece. Pero aceptación y tranquilidad. Quietud, ausencia de malestar. Me parece positivo en su sinceridad. Una forma de ver las cosas a la que se llega, imagino, tras una larga y plácida experiencia.
ResponderEliminarMe parece bien, aunque me deje un sabor ligeramente agridulce.
Destila tristeza porque hay tristeza en él. No todos los días somos capaces de tirar de nosotros mismos. Pero la experiencia ayuda. Sé que las cosas no nos pasan, sino que simplemente suceden. Mis experiencias son buenas en su mayoría. Por eso intento hacer caso a Russell: mirar al cielo estrellado y pensar que ninguno de mis minúsculos problemas tienen importancia auténtica. Todo está bien.
EliminarCon tu permiso dejo esta banda sonora para el post, dice algo así como: "La cosa más bonita que hay en el mundo, es vivir cada segundo como nunca más........" Bueno, con música no queda tan cursi ;)
ResponderEliminarhttp://youtu.be/RCOXA_aj4lc
Permiso concedido: ésta es Atticus House, pero sobre todo la casa de sus amigos. No me parece cursi la frase, y la música es una maravilla. Gracias.
EliminarRazón, siempre. Hedoné (racional), siempre. Me van esas copas.
ResponderEliminarHedoné racional. Quién supiera...
ResponderEliminarHola, Atticus. Estoy con Coeliquore. También me pareció ver tristeza al leerlo. Luego vi la cabecera de tu blog y, ¿es tuya la fotografía? Me gusta mucho como queda sobre el fondo azul contrastado con las letras amarillas del título. También el nexo entre el azul del fondo y el azul de la copa, y a su vez, el contraste entre el rojo y el verde de esos líquidos misteriosos. Puede que esa fuerza indirecta que nos transmites visualmente sea la que hará que muy pronto estés arriba.
ResponderEliminarBueno, admitido. No es el post más alegre que he escrito.
EliminarLa foto es mía, naturalmente en Venecia. Estaba ya cansado de ese atardecer castellano. No obstante, está tratada con un programa de retoque fotográfico. Viajar me estimula, desde luego. Con esa foto cierro un ciclo. No fue fácil hacerla.
Ataraxia...que poco nos visita a veces. Yo que te tengo siempre las puertas de par en par... Me encanta la foto. Muy sugerente. Pero no irradia tristeza, más bien hedonismo ebrio. Frágil y efímero, eso sí.
ResponderEliminarEs un amigo querido que pasa poco por nuestra casa. En cambio otros... se nos beben las cervezas, el sosiego y las esperanzas. Me alegro de que te guste. No quería ser triste, pero lo es. Sobre todo hablaba de la fragilidad de nuestras almas, de lo que puede herirlas una palabra, un silencio. Y qué poco derecho tenemos a decir nada.
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