No conozco lo bastante a Borges. Ayer fue su cumpleaños: 119.
Miré mis estantes: hay varios libros de cuentos y uno de poemas. Además, está
ese otro que no sé si clasificar de poemario (sí, creo que sí, desde luego que
sí), que es Los conjurados.
Comencé a leerlo tarde, creo que ya había comenzado la
universidad o estaba a punto. Un compañero de esos que parece tener toda la
cultura del mundo, que recitaba de memoria el comienzo de la Ilíada, me lo recomendó. Compré El libro de arena en una edición de
Alianza que conservo. Recuerdo que me sumergí en algo único, que me contaba
historias apelando a referencias cultas, a mitologías, a la filosofía, al mundo
britsh, a los laberintos, a los
espejos, a los números, a los tigres y a las bibliotecas.
Dicen que Borges es un escritor para escritores. No sé, yo no
lo soy, pero noté que era para mí
desde el principio. No ha dejado de conmoverme en alguno de sus poemas y de
asombrarme en sus relatos, incluso hasta la parálisis: es tan perfecto que cualquier
cosa que uno pueda escribir palidece a su lado. Dicen que el mejor es El Aleph, puede ser, desde luego puedo
suscribirlo; también Ficciones. En
cualquier caso, “La casa de Asterión” es el cuento que más me llega, me sigue
sorprendiendo su abrupto final que te sacude: es la soledad hecha narración.
También ubicaría entre mis preferidos a “Funes el memorioso”, “El sur” y “El
otro”.
Un poco antes de morir escribió Los conjurados. Ya hablé aquí (enlace al final) de un poema que me
toca el corazón desde que lo leí. En el texto titulado “Otro fragmento apócrifo”
escribe Borges esta frase que contiene toda la historia de la ética, toda la
ética posible: “Te incumben los deberes de todo hombre: ser justo y ser feliz”.
Y este hermoso poema (me lo recordó CrisC ayer), fotografiado de mi ejemplar, que adjunto a la derecha de estas palabras, con el que cierra el volumen y que habla de algo de lo que
siempre estamos necesitados: personas que se conjuraron para ser razonables.
Volver a Borges: ese género literario.
“No menos ignorante
que nosotros,
no menos solitario,
entró en la muerte”.
(Del poema “El gaucho”)
“El presente está
solo. La memoria
erige el tiempo.
Sucesión y engaño
es la rutina del reloj”.
(Del poema “El instante”)
No recuerdo cuándo empece a leerlo, fue después de los 20 años, eso sí, pero sí recuerdo que fue un deslumbramiento. Llegué a su poesía después de llegar a sus relatos y ensayos.
ResponderEliminarRecuerdo asimismo que me dejaron boquiabierto todos esos que citas, “La casa de Asterion” sobre todos, y “La intrusa”, uno de aquellos relatos de gauchos y brutalidad. “El Aleph”, claro.
Años más tarde “Funes el memorioso”, la mejor defensa de Platón que he leído.
Muchas veces he reproducido deliberadamente su estilo, su léxico, consciente de que cualquiera sabe de quién proceden esos verbos como “frecuentar”, “conjeturar” u otros tantos. Lo poco que pueda valer mi escritura, le debe mucho.
El poema “Los conjurados”… Qué decir. La Especie no está a la altura.
Recuerda que estos versos fueron un regalo que te hice: “Te incumben los deberes de todo hombre: ser justo y ser feliz”. Como tú me regalaste ese Cortázar que dice “cómo cansa ser todo el tiempo uno mismo”.
Al Nobel no le dieron el premio Borges. Vaya.
Entonces más o menos a la vez que yo. Efectivamente, Borges deslumbra, no se parece a nada, no cuenta cosas, no "escribe". No, es Borges, un género, un estilo, algo único. Te deja boquiabierto, sí. O no entiendes "de qué va", como me dijo alguien.
EliminarNos prestamos citas, eso está bien. Y las tatuamos.
Que pena que no le dieran el premio Borges al tal Nobel. Lo merecía.
Desde hace no sé cuánto en mi casa siempre ha estado ese libro "El aleph" que yo he leído y releído infinidad de veces. Efectivamente Borges es impresionante, es un género literario en sí mismo. Como dice CrisC en su comentario qué pena deben sentir los que han recibido el Premio Nobel porque ellos no han sido galardonados con el Borges, un premio que debiera de existir pero que sería dificilísimo de alcanzar dada la talla del referente.
ResponderEliminarUn abrazo
No sé si a Borges le importó mucho que no le dieran el Nobel, pero es un caso claro en el que es el premiado el que hubiera honrado al premio (y a los otros premiados) más que al revés.
EliminarBorges es aparte.
Hola, Atticus
ResponderEliminarAunque tengo un par de libros de Borges en casa, nunca he leído nada suyo (excepto el poema de tu entrada). A ti te lo recomendaron, sin embargo, a mí una vez me dijeron que me venía muy grande. Fue hace muchos años en un grupo de literatura de Internet que frecuentaba: comenté que iba a leer algo de Borges y alguien que pasaba por allí me dijo que ni lo intentase, que jamás lograría entenderlo y, curiosamente, porque normalmente suelo pasar de este tipo de comentarios, le hice caso.
Eso te pasa por hacer caso a divinos divinísimos. La literatura de Borges es muy especial, pero nada como probarlo. Si no es para ti, a otra cosa. Creo sin embargo que te gustará, déjate seducir. O no.
EliminarBorges sólo se parece a Borges. Inténtalo. Disfrútalo.
Estoy empezando a deletrear algún párrafo del Alep
ResponderEliminarEs como aprender a leer; cansa tratar de comprender esa profundidad y sabiduría pero no puedo dejar de intentarlo
Me atrae demasiado
Hace poco que recomendé a Borges a un compañero de trabajo. A los pocos días me dijo que no podía con él. Bueno, hay autores para lectores, y cada cual elige a los suyos. Si te gusta, sigue con él: es único. Y si no... hay otros. Pero parece que te atrae, así que creo que merece la pena seguir un poco más. Por eso que decía antes: es único. Bienvenido o bienvenida.
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